lunes, 24 de octubre de 2011

La Plaza del pueblo

Desde el 25 de marzo de 2008 al 23 de octubre de 2011 pasaron nada más que tres años, seis meses y 29 días. “Nada más” porque en comparación con la duración de los diferentes procesos históricos de la Argentina, resulta poco tiempo. Si aún se levanta el nombre de José de San Marín pretendiendo continuar con el camino que él empezó y que por muchos años no se siguió, hacer referencia a casi 4 años parece realmente insignificante.

Sin embargo, el período comprendido entre estas dos fechas marca dos puntos completamente opuestos, con una realidad (la que algunos sectores pretendieron y pretenden imponer) muy antagónica y que encuentran a la persona implicada en una situación mucho más cómoda y segura. Mientras que en la primera vez se necesitó de una organización rápida para “hacerle el aguante” y evitar un golpe fuerte en las mandíbulas del Gobierno, en la segunda ocasión bastó con twettear, mandar un mensaje de texto o cambiar el estado en Facebook: “Todos a la Plaza”. Porque la Plaza es nuestra. La bancada ayer y hoy, Cristina; la banca, la del pueblo.

Esa Plaza que a principios de 2008 se vio atestada por unos cinco mil opositores oportunistas que hacían causa común con los intereses del campo (no el campo laburador, sino el que corresponde a la oligarquía y al establishment), ayer rezumó alegría, lágrimas, cantos, bailes, recuerdos de los más lindos, mucha juventud y ganas de continuar avanzando, antes de la aparición de la presidenta re-electa, durante su discurso, y después de este.

Estallaron en algarabía y felicidad cuando se la escuchó por los parlantes que traían lo que anunciaba en el bunker del Frente para la Victoria: “Quiero ir a la Plaza a saludar un poquito porque hay mucha gente”.

Y llegó pasada la hora 23 cuando una multitud la esperaba con ansias. “Cuanta alegría que tienen. No saben cuanto me gusta verlos agitar las banderas”, empezó la presidenta mientras el pueblo le devolvía el cariño con los cánticos característicos de la Juventud Peronista.

“Hace dos años en esta misma plaza estábamos tan enfrentados y desunidos los argentinos”, aseguró la presidenta recordando el conflicto con las patronales del campo que más arriba se menciona y que de no se por la voluntad popular podría haber significado un jaque al Gobierno.

No existe nada más genuino que la movilización espontánea de un pueblo. Y esa sola actitud de afecto y reconocimiento es motivo de agradecimiento para ella: “Quiero darles las gracias a esta multitud de jóvenes argentinos que ha vuelto a recuperar la plaza de mayo”.

También se acordó de sus épocas de militancia en los años ’70 junto a Néstor Kirchner y las comparó con la que experimenta la juventud de estos días: “Los veo en un momento histórico superador de aquellos momentos cuando él y yo militábamos. Esta plaza que ha sido plaza de alegrías, también fue de desencuentros y enfrentamientos”.

Muy emocionada y disfónica remarcó los valores que deben primar en una sociedad para la construcción de una Argentina cada día más justa e identificó estos rasgos en la juventud presente en la Plaza: “Quiero celebrar que esta juventud después de 8 años de gobierno, viene a levantar las banderas con alegría y no con odio, con amor a la patria”.

Y para despedirse de su Plaza y de su gente, esa maravillosa juventud y no tanto que volvió a la manifestación política para quedarse, cerró: “Un país no lo construyen solo los dirigentes, lo construye su pueblo también. Los quiero mucho a todos”.

El pueblo, Néstor y Cristina lo están haciendo.


miércoles, 12 de octubre de 2011

DEL PERONISMO AL KIRCHNERISMO

La historia de una continuidad

No hace mucho he oído por ahí: “Esto no es peronismo, es kirchnerismo puro. Se preocupan por llenarse los bolsillos con nuestra plata, se enriquecen ilícitamente, no ven más allá de Calafate, y le venden al pueblo que tienen una idea de patria justa amparándose en el estandarte peronista. Peronismo fue el de Perón y a ese modelo tenemos que aspirar los argentinos. Pero claro, acá pegás un par de gritos con la cara de Perón y Evita de fondo, y te vota medio país”.
Recuerdo el marco en que esas palabras fueron esbozadas. Iba caminando por Avenida Córdoba a la altura de la intersección con Leandro N. Alem, en la Capital Federal, y dos jóvenes de no más de 25 años discutían de política, en lo que fue, pese a la connotación de las inexpertas pero verborrágicas palabras, una imagen digna de imitar: la juventud en la discusión.
Empiezo estas líneas un 5 de octubre de 2011. Veintidós días exactamente faltan para que se cumpla el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el hombre que le devolvió a la “gloriosa juventud” las ganas de inmiscuirse en la discusión política, restaurando así el carácter de herramienta de construcción social años atrás perdido.
Muchas hipótesis difamatorias se han elucubrado entorno al ex presidente y a su mujer, Cristina Fernández, y desde diferentes ángulos y perspectivas, con los medios hegemónicos de comunicación como vanguardistas, se buscó atacar a la gestión oficial, y a todo lo relacionado con ello, con una solapada, al principio, y evidente, después, animosidad desestabilizadora. Los intereses económicos, en primera línea de prioridad.
Vale esta pequeña reseña para plantearles aquí, mi interés en poner sobre la mesa de discusión una serie de situaciones, con el sólo y suficiente objetivo de comparar, desde las similitudes, al kirchnerismo que nos gobierna en estos días con el peronismo de antaño del cual surge, teniendo en cuenta las ineludibles diferencias producto de los años transcurridos e intentar explicar de esta forma la estrecha relación que hermana a estos dos movimientos políticos populares.
Fue ese mismo 5 de octubre cuando terminé de leer el libro La comunidad organizada, de Juan Domingo Perón. Debo reconocer que no necesité finalizar la lectura del texto para recordar en mi mente a aquellos dos muchachos peronistas de los que les conté en el primer párrafo. Sus caras no las recuerdo en absoluto, pero el contenido de sus frases calaron tan hondo en mí que dejaron una cuenta pendiente que solo será saldada si algún día, por algunas de esas coincidencias de la vida, y por sólo reconocimiento de voz, escuche discutir nuevamente en algún lugar del mundo a esos dos jóvenes.

La idea de Proyecto Nacional

La tapa del libro deja ver un subtítulo: “Proyecto Nacional”. Cualquier similitud con el tantas veces mencionado, por el actual gobierno y sus seguidores, “Proyecto Nacional y Popular”, no es mera coincidencia. Hay una correspondencia, una continuidad y una emulación moderna de lo que Perón perseguía como objetivo principal: la creación de un Modelo Argentino, que tuviera sus bases en el seno de su propia sociedad y que planteara una ideología de gobierno autónoma y genuina a la que el mismo Perón denominó como Tercera Posición: el justicialismo.
Las conclusiones a las que llegaron aquellos jóvenes acerca de los supuestos fines del lucro del kirchnerismo en detrimento de pueblo argentino, lentamente fueron perdiendo el poco sustento con el que contaban, conforme yo avanzaba en la lectura del texto. Términos, construcciones y nociones tales como planificación; justicia social; soberanía política; libertad económica; democracia; patria (utilizados estos dos últimos términos con la importancia de su contenido en el proceso político); participación en conjunto de los diferentes sectores del ámbito nacional (trabajadores, empresas, intelectuales, industrias, el campo) en todo tipo de emprendimiento con el fin de generar políticas con un amplio alcance para el bien de todos los argentinos; y sobre todo, liberación; aparecen en reiteradas oportunidades en las 226 páginas que contiene el libro.
¿No son todos estos conceptos, acaso los más esgrimidos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y por todo su arco político hoy en día?, desearía preguntarles a aquellos dos hombres.
A continuación, los invito a recorrer un camino de similitudes entre las políticas implementadas a mediados del siglo XX por Juan Perón, que luego de ser cercenadas por los gobiernos de facto y llevadas al olvido por los neoliberales, fueron rescatadas y reutilizadas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández con el propósito de construir una Argentina para todos los argentinos.

El rol de los trabajadores

Quizá sea a nivel de los trabajadores donde se evidencian las principales semejanzas entre el Proyecto Nacional del peronismo y el Proyecto Nacional y Popular del kirchnerismo. La reivindicación de este sector forma parte de la esencia de ambos movimientos.
“Los trabajadores constituyen uno de los pilares del proceso de cambio”, explicaba Perón en su obra en referencia a la necesaria transformación a la que debería someterse el pueblo argentino para conseguir, entre otras cosas, la liberación. Y agregaba: “En el momento en que teníamos que rescatar a la sociedad argentina de una concepción liberal, los trabajadores configuraron la columna vertebral del proceso”.
Además, Perón proclamaba que “los trabajadores” tenían “que organizarse para que su participación trascienda largamente de la discusión de salarios y condiciones de trabajo”. A su vez enumeraba los derechos, surgidos en la reforma constitucional de 1949, “a trabajar, a una retribución justa, a la capacitación, a condiciones dignas de trabajo, a la preservación de la salud, al bien estar, a la seguridad social, a la protección de su familia, al mejoramiento económico y a la defensa de los intereses profesionales”, entre otros.
En la actualidad, la reapertura de las paritarias tras diez años del congelamiento impuesto por el neoliberalismo de los noventa, la incorporación al sistema laboral de más de cinco millones de argentinos y el blanqueo que alcanza un 80% del total de los trabajadores, entre otras medidas, son la prueba cabal de que la semilla que Perón sembró, está dando sus frutos.
No por nada el 28 de octubre de 2010, al día siguiente del fallecimiento de Kirchner, el titular de la CGT, Hugo Moyano, se refirió al ex presidente como el hombre que le devolvió la dignidad a los trabajadores, y no le tembló la voz al asegurar que “fue lo mejor que tuvimos después de Juan y Eva Perón”.

Liberación ayer, libertad hoy

El pasado 29 de septiembre la mandataria inauguró la central de energía nuclear Atucha II y dejó un claro mensaje: “Mi compromiso no es sólo ser de una generación que pague deudas, sino de una generación que vuelva a poner en marcha esa maquinaria formidable y maravillosa que es nuestra Nación, que cuenta con el mejor combustible que tenemos: el pueblo argentino y su fuerza. Tenemos que ponernos de pie los argentinos para seguir asegurando que nadie la pueda detener, que siga su marcha por más crecimiento, más democracia, más justicia, más libertad y patria para todos.”
Fuerza del pueblo, crecimiento, democracia, justicia, libertad y patria. Acaso los mismo términos que proclamaba Perón hace casi 40 años atrás en el ensayo ya mencionado: “Hay que levantar ahora, además, y con gran vigor, el poder del espíritu y la idea, teniendo en cuenta que el bien estar material no debe aniquilar los básicos principios que hacen del hombre un ser libre, realizado en sociedad, y valorizado en su plena dignidad”.

Memoria Verdad y Justicia

Otro de los rasgos característicos del actual gobierno es la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico-militar. Desde los diferentes sectores opositores se toma a esta iniciativa, que pretende terminar con la impunidad, como demagógica o superficial.
Decía Perón: “Puede discutirse mucho acerca de si existe o no determinismo histórico. Pero yo tengo, al menos, la certeza de que existe una constante en el hecho de que el hombre tiene sed de verdad y justicia y de que cualquier solución de futuro no podrá apartarse del camino que la satisfaga”.
Teniendo en cuenta lo que el general decía, ¿no es lo que hoy tenemos, acaso, peronismo? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en las condenas a los más de 200 represores de aquel proceso.

La importancia de la planificación

José De Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), para Página 12, el 5/10/2011, en referencia a la presentación del Plan Industrial 2020 que proyecta un crecimiento en esta rama de un 7% anual y la inclusión de un millón y medio de trabajadores al sistema laboral: “Si los industriales no pudimos demostrar toda nuestra capacidad, fue por falta de visión de largo plazo”, remarcó revalorizando el papel que vuelve a tener la planificación.
Decía Perón: “En lo que concierne a la actividad industrial estatal, la planificación será estricta y la coordinación de los esfuerzos, máxima”.
De Mendiguren, ¿se estará refiriendo acaso a la misma planificación que el general Perón tenía en mente tanto para el desarrollo industrial como para el resto de las iniciativas encaradas en pos del crecimiento?

La palabra “Patria” y la mención a los próceres

“Es mi deseo que nadie bastardeé la palabra “Patria” convirtiéndola en un rótulo vacío. Nuestros heroicos próceres no necesitaron desgastarla para comprender que alude a esa profunda mística que, recíprocamente, habita en el corazón de cada uno de los hombres”. De esta forma cerró Perón su trabajo.
Durante un acto en Tecnópolis, el pasado 17 de agosto, Cristina Kirchner recordó al padre de la patria, y a otros grandes próceres argentinos: "Yo estoy muy feliz, y estoy segura que el general José de San Martín, como tantos patriotas, como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Guemes, tantísimos otros que dieron su vida por la patria, hoy estarían muy orgullosos de ver este país por el cual lucharon".
“Seamos libres, que lo demás no importa nada”, exclamó el libertador antes de cruzar Los Andes, y les pidió a su caballería que luchara por la liberación “para que nuestros nietos puedan vivir en una tierra de paz”. Perón y los Kirchner, en diferentes períodos, reivindicaron esa lucha.

La unión latinoamericana

En palabras de Perón: “La comunidad latinoamericana debe retomar la creación de su propia historia, tal como lo vislumbró la clarividencia de nuestros libertadores, en lugar de conducirse por la historia que quieren crearle los mercaderes internos y externos. El año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Nuestra respuesta contra la política de dividir para reinar debe ser la de construir la política de unirnos para liberarnos”.
Hoy, la idea de Perón tiene nombre: Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), un organismo intergubernamental cuyo principal objetivo es la integración, en todos los ámbitos, de los diferentes países de la región haciendo honor también a la concepción de Patria Grande acuñada por José de San Martín y Simón Bolívar.
Uno de sus principales impulsores y mediador ante los diferentes conflictos, fue Néstor Kirchner quien fuera su secretario general hasta el día de su muerte.

Ciencia y tecnología

Para Perón, otro de los pilares fundamentales para el desarrollo, el crecimiento y la liberación era la planificación y ejecución de un plan científico-tecnológico. Decía el ex presidente: “La indispensable organización en este ámbito debe contar con un ente con máximo nivel de decisión, tal vez un Ministerio de Ciencia y Tecnología como central de conducción del sistema, y así como una total unidad de inteligencia y de control nacional, que oriente y regule la oferta y la demanda de conocimientos científico-tecnológicos con cabal especificidad, y sirva como fuente de información especializada”.
Fue una de las primeras medidas de gobierno de Cristina Fernández, la creación de un área dedicada exclusivamente para ese fin: “Por primera vez en la historia, Argentina cuenta con un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Creado en diciembre de 2007 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es el único en Latinoamérica que contempla a la Innovación Productiva asociada a la Ciencia y la Tecnología. Su misión es orientar la ciencia, la tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo modelo productivo que genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la economía Argentina, bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo”, reza en la portada del sitio oficial del la cartera. Otro sueño de Perón hecho realidad.

A grandes rasgos

A quienes niegan la continuidad, en el presente, de un proyecto que fue iniciado a mediados del siglo XX, no tengo más que invitarlos a adentrarse en los textos que por aquel entonces escribieron los referentes del movimiento revolucionario a través de las ideas: el justicialismo. Es este otro concepto clave que inauguró Perón y que revalorizó Néstor Kirchner, primero y Cristina Fernández, después: el de la lucha mediante las ideas. El poder de la palabra en el marco de la política como herramienta de construcción social, y proclamada por un caudillo carismático con poder de liderazgo y con la adhesión de una masa, es la fuerza más potente con la que contamos los argentinos en busca de un modelo nacional que nos hermane a todos en la “búsqueda de la felicidad del pueblo y de la grandeza de la patria”, como quería Perón.
Estos puntos, y muchos más, están al alcance de nuestras manos: unos en libros históricos; otros en el día a día. Solo está en nosotros saber encontrarlos y verlos para analizarlos.
Llevo en mi bolso de mano, el ejemplar de La comunidad organizada que terminé de leer un 5 de octubre y que disparó estas líneas. Deseo algún día encontrarme por la vida con estos dos jóvenes que discutían con tanta convicción. Para cuando esto ocurra, tendré a mano el texto, para regalárselos y pedirles que por favor lo lean si aun no lo hicieron, pero también para agradecerles el solo hecho de haberme obligado, sin quererlo ellos, a reflexionar acerca del pasado que nos une, el presente que vivimos y el futuro que nos espera.

miércoles, 27 de julio de 2011

Campaña de desinformación

Se acerca la fecha de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Por primera vez en la historia, en la Argentina se desarrollará este tipo de voto que determinará quienes serán los candidatos para los comicios de octubre. Y pese a la cercanía con la fecha de la cita electoral, gran parte del padrón no sabe realmente qué y cómo debe votar. Algo más grave aún es el oportunismo de rapiña que se cristaliza, desde no se sabe bien dónde, para confundir aún más al electorado nacional.

A las pruebas me remito. Ayer recibí un correo electrónico que decía lo siguiente:

QUÉ SE VOTA EL 14 DE AGOSTO?

El domingo 14 de agosto los argentinos hemos de votar por primera vez en elecciones primarias, abiertas y obligatorias.

Qué es lo que se vota ese día?
Para aclarar las dudas, que son muchas, aquí va la información fundamental. Al entrar al cuarto oscuro los votantes se encontraran con las boletas
que se pueden ver a continuación, una por cada fórmula presidencial.


¿Hay que poner una sola boleta en el sobre?

NO

¿Entonces, qué se pone?


Se ponen las boletas de TODOS los candidatos que el votante desee que participen en los comicios de octubre.

Ésta NO ES UNA ELECCIÓN PRESIDENCIAL sino solamente UN FILTRO PARA DECIDIR QUIÉNES PARTICIPARAN EN OCTUBRE Y QUIENES NO.

Los partidos que no obtengan un porcentaje mínimo, ya establecido, no podrán participar en las elecciones.

¿Entonces…se pueden poner en el sobre todas las boletas que haya?


SI, SE PUEDEN PONER TODAS Ó SOLAMENTE AQUELLAS QUE EL VOTANTE REALMENTE DESEA QUE PARTICIPEN. Por ejemplo, si hay 7 boletas, se pueden poner las 7 ó se puede optar por 3 ó 4 y excluir las otras.

Es importante tener todo esto en cuenta ya que, por falta de información, la idea generalizada es que hay que poner 1 boleta en el sobre, lo cual sería lo mismo que elegir anticipadamente el candidato que luego votaremos en octubre.


POR FAVOR, DIFUNDIR ESTA INFORMACIÓN. NADIE SABE EXACTAMENTE QUÉ SE VOTA EL 14 DE AGOSTO.

Si leíste esto, andá borrándolo de tu memoria. Si votás así IMPUGNAS EL VOTO, justamente lo que se pretende con esta campaña de desinformación.

A continuación les dejo el linck de una página muy buena, Política Argentina, que explica de manera clara y breve, como se deberán desempeñar los votantes en el cuarto oscuro.

domingo, 10 de julio de 2011

A aguantarlo 4 años más...


Todavía no se escrutó el 50% de las mesas (van 44.8%) pero la bronca y la decepción escalan al 100%. Es que la elección para Jefe de Gobierno porteño, ahora con el 48.7% del conteo de votos, refleja una distancia entre el actual alcalde, Mauricio Macri, y el aspirante a desbancarlo, Daniel Filmus, se cree imposible de descontar. Son casi 18 puntos porcentuales.
Si se analiza en torno a la elección de 2007 para el mismo distrito, se evidencia una mejoría: en aquella oportunidad Macri derrotó a Filmus por casi 22 puntos, tanto en primera como en segunda vuelta. Van el 56.7% de las mesas escrutadas. La ventaja es del 18.1%.
Si se lo evalúa desde la otra perspectiva, el resultado es (o por lo menos, sería) el mismo: el ex presidente de Boca será nuevamente el intendente de la Ciudad por cuatro años más. Resulta muy difícil pensar en una remontada tan considerable analizando los dichos de los referentes de las demás “fuerzas” políticas contendientes, y conociendo ya la volatilidad del sufragio porteño. 60% escrutado; 18 puntos de ventaja para el PRO.
La tristeza y la decepción tienen un fundamento. No estoy decepcionado de Filmus y su equipo. No estoy triste, sólo por la derrota en las urnas. Hay algo que me aterra más, que me espanta más. ¿Cuál es el criterio de voto del porteño? De eso estoy decepcionado. De ellos: del más del 46% de los ciudadanos de la capital que votaron a este nefasto personaje.
Vale mencionar solo tres ítems:
- 8 de cada diez porteños no sabían que se votaban referentes comunales. ¿A quién corresponde dar a conocer esta histórica innovación electoral? 64.3; 18.
- Mauricio Macri está procesado, casi todos lo saben. ¿Por qué lo votan, entonces?
- La Capital Federal, el distrito que más dinero mueve en todo el país, incrementó el número de mortalidad infantil, cuando Tucumán, la provincia más afectada por este triste índice en las últimas décadas, lo disminuyó. ¿Por qué la gente no sabe esto? Y si lo sabe, ¿por qué lo vota al responsable de esta realidad? 71.5; 17.9.

Los medios de comunicación, una vez más, fueron determinantes. Desinformando, ocultando, tergiversando.

No voy a esperar a que se escrute el 100% de las mesas. La tendencia ya es estable. Y la ventaja es mucha. Difícil de descontar.

Me invade una gran tristeza. Porque creí que el gran crecimiento que está teniendo la Nación se desplegaría también en la Ciudad. Pero no fue así. Parece que el 46% de los porteños no quiere el progreso.

Con mucho dolor… ¡¡¡Hasta la Victoria, Siempre!!!

sábado, 2 de julio de 2011

La gloria se alcanza de a once

La agarra Carlos Tévez, encara, intenta la finta, se la sacan, se frustra el ataque. La toma Ezequiel Lavezzi, encara, ensaya un amague, llega hasta el fondo, tira un centro muy exigido, se va a la tribuna. La pelota le cae a Lionel Messi, el astro, el mejor jugador del mundo, Pasa a uno, el segundo se la quita. Le vuelve a caer, intenta pasar entre dos, no pude superarlos. Se ilumina Éver Banega, intenta la gambeta, se despeina, se concentra en su pelo, la pierde.

Así no, Argentina. Así, no.

¿Hasta cuando vamos a seguir olfateando el pantalón corto de Messi? Entregarle el premio LG al mejor jugador del partido no es menos que una falta de respeto a la inteligencia del público argentino.

Bolivia es el equipo más débil del certamen y se supone que Argentina debe estar arriba tres o cuatro goles si se tiene en cuenta la calidad de jugadores y la comparación de los planteles.

Tengo mucha bronca. La nota es corta, pero el mensaje, directo: LA GLORIA SE ALCANZA DE A ONCE…

lunes, 27 de junio de 2011

"Volveremos"

Lo que están a punto de leer es un trabajo para la facultad. Una simple consigna académica que parte de una frase y que debía desarrollar libremente. No sabía que escribir, pero lo ocurrido ayer, me ayudó mucho. Espero que lo disfruten.



Por Esteban Schoj *



Ella fue a una fiesta. Se había preparado toda la semana para ese evento. Estaba nerviosa y asustada, pero esperanzada. Sabía que todo iba a salir bien. Mas tarde, tan sólo dos horas después, si no hubiera sido por él, hoy ella no estaría recuperándose.

Se despertó temprano sin necesidad de oír la rutinaria alarma. Esos nervios y ese susto que no la habían dejado descansar, hicieron su trabajo. Hizo todo lo que levantarse implica y a la una de la tarde escuchó el grito de su padre: “¡Vamos hija!”

Abrió su marrón placard, luego el segundo cajón y tomó entre sus manos el amuleto. Lo estrujó, lo miró como quien mira a un hijo, con amor, lo beso apasionadamente y mientras cerraba los ojos lo aprisionó contra su pecho durante pocos pero intensos segundos.

Papá llamaba una vez más y así ella despertó de ese sueño pasional que vivía junto a su objeto más preciado. Lo enrolló en su mano derecha y emprendió el camino al encuentro con su padre que, también ansioso, empezaba a perder la paciencia.

El camino a bordo del, recién lavado, Gol gris estuvo lleno de recuerdos de viejas proezas. Esas que su padre había presenciado y que ella ya sabía de memoria de tanto escuchárselas. “El día de la pelota naranja”, era el caballito de batalla para invocar a los grandes héroes del pasado que tanta falta harían hoy. La fe estaba intacta. Faltaba lo peor.

Todo parecía que saldría de maravillas: a los cinco minutos de empezada la fiesta, el envión que dio ese grito de los más de 50.000 invitados a la cita anunciaba un final feliz. Todo se desvaneció poco a poco. Las caras de los presentes se transformaron, se desfiguraron. Lágrimas e insultos empezaban a esbozarse. Ella, una peregrina más que sufría, no disimulaba su llanto y no soltaba el amuleto.

Final. Está hecho. Lo imposible ocurrió: “Nos fuimos”, repetía y repetía sin poder entenderlo. Papá la abrazaba tratando de disimular su propia angustia. Quería transmitirle fortaleza.

Eligen irse despacio a casa. La fiesta que no fue, había terminado. Pero para otros, no. Aquellos pocos que decidieron quedarse pasarían a ser su peor pesadilla. Los más de dos mil policías invitados al evento intentaban, sin armas de fuego, detener el aluvión de violentos que destrozaron el lugar y que seguramente sin desearlo, pero con mucha impotencia e impunidad, la tendieron a ella en el piso de un piedrazo en la cabeza.

Papá esta desesperado. Llora sin consuelo. Sus manos están llenas de sangre, la sangre de su hija desvanecida que no para de emanar por entre su cobrizo cabello. La toma en sus brazos, la levanta como puede y huye del lugar, pero no mucho, dobla en la primera esquina y se resguarda detrás de una camioneta que aún no había sido víctima del vandalismo. Ella parece inconsciente. Su mano izquierda está flácida. La derecha, sostiene con fuerza el amuleto.

“Ayúdenme por favor, ayúdenme”, grita el padre hundido en desconsuelo. El frío polar ya ni se siente. Nada importa, ni el agua que los efectivos policiales arrojaron que los llegó a mojar un poco cuando ambos caminaban. Un joven se acerca. Rara solidaridad en un momento de miedo y adrenalina. La mira a ella, lo mira al padre. Le toma el pulso y lo vuelve a mirar a él, ya algo preocupado. De repente le pide al padre algo para apoyar la cabeza ensangrentada de su hija. No tiene nada. El joven, que se empieza a recibir de paramédico, descubre el amuleto. Ella no reacciona hasta que siente el tirón. “No”, alcanza a balbucear. “Tranquila”, dicen casi al unísono, el padre y el joven, que empieza a poner en práctica sus útiles conocimientos en primeros auxilios. Estruja el amuleto y lo convierte en una improvisada almohada. Ella lo sigue con la mirada hacia arriba hasta que lo pierde del campo visual. Cae en shock. El muchacho saca un pañuelo blanco de su bolsillo y le pide al padre que lo presione contra la herida. El amuleto y el pañuelo, ahora ensangrentado, se confunden: son iguales ahora.

Pese a ese momento de lucidez en el que sintió que le robaban la vida, ella permanece inconsciente. No tiene pulso. El ayudante voluntario le desnuda el torso y comienza con los ejercicios de reanimación y la respiración boca a boca.

Papá llora. El joven se agita cada vez más. Ella tose. Papá vuelve a vivir. “Volviste, hijita”, dice emocionado. Ella, le contesta. Pero antes busca debajo de su nuca y toma el amuleto. Lo mira, está algo manchado con su sangre. Los despliega, y entre lágrimas mira a su padre y a su salvador, y con convicción les asegura: “Vamos a volver”.



* Bostero de corazón, por si acaso se hiere alguna susceptibilidad.

domingo, 26 de junio de 2011

La grandeza de River ante todo...


Paradojas del destino. Aquella instauración de los promedios que en 1983 favoreció a River, hoy le jugó una mala pasada al equipo millonario. Un equipo que estaba clasificado para la Copa Sudamericana de este año, pagó, pese a la mala administración de la era Passarella que no supo ni pudo revertir la historia, las pésimas dos presidencias de José María Aguilar. Un pasado que condenó el presente, y así, el futuro.

River, un grande, uno de los más grandes de América y del mundo, descendió de categoría y afrontará, de esta forma, no solo la deshonra que, lamentablemente, adjudica el descenso por culpa de la dramatización deportiva de estos días, sino también las increíbles pérdidas económicas que lo colocan al borde de la quiebra institucional.

Un llamado a la cordura que fue, paradójicamente, la otra voz de los medios que contribuyeron a la dramatización exitista. Por eso, desde estas líneas, se critica el accionar violento, pero se intenta dar un mensaje al hincha de River:

“Usted, hincha de River Plate, cuna de grandes figuras y hazañas deportivas, tiene que estar orgulloso de ser simpatizante de esta institución. Muchos quisieran que sus equipos tuvieran ese palmarés plagado de pergaminos que no hacen más que enaltecer su rica historia. Este descenso, este presente, no manchará el exitoso pasado, pero si lo harán los hechos de violencia que puedan generarse. Llore, nadie se lo niega, porque este momento debe ser una gran tristeza, desazón e impotencia. Pero que no transgreda los límites de lo estrictamente deportivo. River Plate, usted es grande, sea acorde a su historia y piense en acompañar a su equipo. Ojalá que la próxima temporada, lo catapulte a lo más grande del fútbol argentino, a la Primera División, ese lugar que le pertence y que tanto lo extrañará, esperemos que por solo un año”.

miércoles, 22 de junio de 2011

Llora el fútbol


Lágrimas en los ojos desde el minuto cero. Lágrimas que reflejan sentimientos: dolor, pena, desesperación, impotencia, miedo, terror. Es que a Juan José López le duele, le da pena y hasta lo desespera la situación en la que hot está sumergido River Plate. Circunstancia de la que no pudo ni puede sacar a su equipo, pese a que muchos daban por hecho que lo haría. Y eso le da impotencia, le da miedo. Lo aterra.

Horas antes, en la cancha de Boca Juniors, Huracán perdió la categoría tras caer derrotado 2 a 0 por Gimnasia y Esgrima La Plata, y también hubo lágrimas que lamentaron el hecho. Los fanáticos del Globo no encontraban consuelo y se resignaban, ahora sí luego del letargo que ocasionó el Gol de Christian Cellay, a prepararse para la próxima temporada en la segunda categoría del fútbol argentino.

Por la noche, en Córdoba, un puñado de hinchas (y los llamaremos así pese a que el término no les corresponda) de River lejos estuvieron de resignarse y estallaron contra sus jugadores: arremetieron en el campo de juego pidiéndole huevos a los jugadores, y hasta empujaron a Adalberto Román por la espalda. Aún faltaban 40 minutos y una revancha y estos hinchas no aguantaron la posibilidad, siquiera de verse en la B.

Los límites de la sociedad argentina, en donde el fútbol es un actor principal, ya no se distinguen. Resulta imposible preguntarse, tras estos hechos, ¿qué pasará el domingo si llegase a ocurrir “lo peor que puede pasar en la vida: el descenso del millonario”? Da escalofríos imaginarse la posible reacción de los mismos sujetos que no “tuvieron otra alternativa” que ir a “pedirle” a “sus” jugadores un poco más de actitud.

Este presente y estos hechos lamentables no hacen más que manchar al fútbol. Y la culpa no la tienen esos muchachos, que son serviles y partícipes de este asqueroso negocio, que agredieron a los jugadores, sino que la mayor responsabilidad recae en los altos dirigentes que ocupan altos grados jerárquicos que manejan al negocio a placer, engrosando sus cuentas bancarias y hundiendo cada vez más la dignidad que ya no da el deporte por deporte.

Lejos queda el paupérrimo nivel futbolístico de River. Ese aspecto será analizado hasta el cansancio. El verdadero problema es lo que genera por estas horas esa debacle deportiva. Muchos factores hay que analizar para entender y descifrar la gravedad de lo que acontece. Pero hay uno que pica en punta a la hora de buscar un máximo responsable: los medios de comunicación y la dramatización en la que incurren.

“River se juega su historia”, tituló el portal 6cero.com; “River se juega media vida”, fue la noticia para el diario español Marca; “River Plate: un gigante que se juega la vida”, fue el titular que eligió semana.com; “110 años en 180 minutos”, significa para Olé la promoción en la que compite el club de Núñez.

¿Acaso San Lorenzo dejó de ser grande por haber descendido? ¿Es Racing un equipo menos respetado por cargar en su espalda la cruz que significa haber jugado en la B? ¿Dejará de ser River uno de los más grandes del fútbol argentino y mundial, palmarés que se ganó a lo largo de su historia, si llegase a bajar de categoría en un presente que no le sonríe? No, a todo.

El drama en el que el fútbol se ha convertido no es nuevo. Lleva años y años en donde la respuesta a la incógnita ¿por qué este deporte se transformó en lo que es hoy? se haya en tres palabras: negocio, dinero y poder. Un buen emprendimiento deja buenos dividendos y el alto ingreso convierte a su dueño en poderoso. Una ecuación más que sencilla.

Pero, ¿hasta cuándo la ambición por el poder seguirá ejerciendo presión? Porque frases como “River no va a jugar la promoción” o “River no va a descender” encienden alarmas, generan dudas de todo tipo pero, por sobre todo, presionan a los protagonistas a los cuales no se juzgará, por lo menos en estas líneas, por su nivel, falta de entrega, carencia de sangre o de amor propio.

El hincha presiona al jugador, porque el hincha vive del jugador. Ya se terminó esa vieja historia que tenía como principal temor del apasionado la gastada en la oficina al día siguiente. La cosa empeoró muchísimo por estos días. “River no se puede ir a la B. si baja, acuchillo a alguien. A quien sea”, escuché por ahí. El hincha se juega, en 90 o 180 minutos, la vida, el futuro, la historia. Será señalado para siempre como el desgraciado que alguna vez descendió a la B. ya nada más importará, porque “vos te fuiste a la B, así que callate”. Y en esta sociedad, que fue tan lastimada durante mucho tiempo y hasta hace pocos años atrás por otros aspectos de la vida cotidiana, como la política, el fracaso deportivo toma una trascendencia de vida o muerte que eriza la piel.

Ya no importa competir. Eso dejó de interesar hace años. Hoy, solo sirve pisarle la cabeza al rival, defenestrarlo, humillarlo, hundirlo, descenderlo.

Los medios, generan opinión y plantean el guión con el que se discutirá en esta escena. Los guía el poder, la ambición y el dinero. Mientras la sociedad toda lo sufre. Y las lágrimas de JJ López, esas que son, se cree, genuinas y generadas por el dolor se irán esparciendo hasta que el lamento y la pena sean tan grandes, que quien llorará tras una larga agonía será, lamentablemente, la pelota. Esa que no debería mancharse, pero se mancha cada vez más.

domingo, 22 de mayo de 2011

No se lo merece


Uno entiende, hasta cierto punto, la reacción de la gente. Comprende la reacción por lo que significa la posibilidad de caer en el “desprestigio”. Pero si pasa lo que ayer se creía imposible y hoy toma cada vez más color, no sería la muerte de nadie. Eso seguro.
¿De qué hablás? De River, de Carrizo, de la Promoción, y de la “vergüenza” que significaría jugarla. ¿Del descenso? Ni mencionarlo. Sería la tortura eterna.
Volvamos con la reacción de la gente del Millo. ¿No tiene memoria acaso el hincha de Núñez? Vamos a refrescarla un poquito…

Clausura 2007. La Bombonera explotaba. Pablo Ledesma y 45 segundos para poner a Boca arriba 1-0. Empató Mauro Rosales. El partido finalizó 1-1. ¿Quién fue la figura excluyente del partido? Juan Pablo Carrizo, el mismo que hace un rato no más se retiró del Monumental insultado. El mismo que dio la cara hoy y el domingo pasado cuando un yerro le costó el 0-1 ante Boca.

Clausura 2008. ¿River? Campeón. Con lo justo, es cierto. Fueron sólo 13 goles en contra en 19 juegos. Fueron 11 de 19 partidos con la valla invicta (seis de manera consecutiva) ¿La figura del certamen? Juan Pablo Carrizo. ¿El mismo Carrizo que se tuvo que besar la camiseta para contradecir a los “hinchas” que lo acusaban de todo, hasta de bostero, por un par de errores? Sí, el mismo.

Con esto basta. Un clásico que se debió haber llevado Boca, fue parda en la Bombonera gracias a JP Carrizo. Un torneo, en el que River fue peloteado en más de un partido, que se quedó en Núñez gracias a JP Carrizo.

Pero no sólo estas dos puntualidades: Carrizo demostró ser uno de los mejores arqueros de los últimos tiempos en el fútbol argentino, y semana tras semana se ganó la ovación y el reconocimiento de la gente. Esos, los que lo aplaudieron y coraron pese al error, pueden dormir tranquilos. Ellos saben muy bien que si su amado River se va al descenso no será por culpa del arquero sino por una sumatoria de circunstancias donde la mayor responsabilidad recae en lo dirigencial.

Los otros, los “hinchas”, los que dicen dejar la vida por la camiseta, los que creen que pagar una cuota social les da el derecho de insultar y denigrar a un laburante, son los faltos de memoria. Hay muchos calificativos que les caben a estas personas. Acá prefiero usar uno light: exitistas.

Los que me conocen saben que estoy de la vereda de enfrente. Pero hoy, y mientras escribo estas líneas, no soy ni bostero ni periodista. Soy un trabajador que más de una vez se ha equivocado cuando desempañaba su labor, y que se solidariza con un par, de otro rubro, que cometió un error. Como le puede pasar a cualquiera.

Por su cara, esa cara de sufrimiento que lo mostraba más triste que nunca. Por sus lágrimas, que no brotaron, pero que querían salir de sus ojos. Por esa bronca contenida. Por dar la cara, contra Boca y hoy, luego de la derrota ante San Lorenzo. Sí, derrota. Su derrota. Por golpearse el pecho diciendo: “Fui yo, es culpa mía”. Por todo eso, hoy, soy hincha de Juan Pablo Carrizo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Celebrar la muerte: consecuencia Yanqui


¡Paz! Una palabra. Un grito, Una súplica. Un deseo. Una, al parecer, utopía. No hace falta ser un erudito eximio en política internacional para vislumbrar la que se viene después del asesinato de Osama Bin Laden. La represalia. Ojalá, el criterio falle y estas líneas pierdan, con el correr de las horas, credibilidad. Pero el juicio de valor construido que las sustentan se cree es el correcto. Estados Unidos, una vez más en el papel de víctima, será perseguido y azotado por esos terroríficos demonios de grandes turbantes en vez de cuernos y con bombas en lugar de tridentes.
Oriente y Occidente, una vez más en la contienda. ¿La causa? La misma de siempre: el poder. Y el deseo y la necesidad de demostrar quien manda. A eso se le suma la imperiosa necesidad de querer mostrarle al mundo quienes son los buenos y quienes los malos. Porque es así como se resume todo esto: buenos contra malos. De eso se trata.

Aquí una aclaración y un pedido que se creen fundamentales para poder incursionar en el tema, y que está relacionado con la creación de la imagen del otro (la construcción de la otredad, se diría en términos antropológicos): ojo con la generalización. Estas líneas se escriben desprovistas de prejuicios y así se pretende que las aborde el lector. Aquí no se justifica el accionar terrorista de la Red Al Qaeda y sus ya conocidos atentados. Pero tampoco se celebra la muerte del líder Talibán. Esa reacción, lamentablemente, espontánea de los miles de yanquis congregados en la Casa Blanca festejando el asesinato de Bin Laden son el disparador de esta nota. Porque quizás esos hombres y mujeres que se agolparon en la casa de gobierno norteamericano no son más que unos pobres infelices engañados por la bajada de línea que intenta imponer el país del Norte.

Tanto odio histórico que día a día se cobra vidas irrecuperables.
La otredad la crean la mente, las experiencias, los prejuicios, la ignorancia, y por qué no, los intereses. También el desinterés, la falta de conocimiento, la desinformación y el sensacionalismo. Y en estos dos últimos puntos se quiere poner mayor énfasis, para tratar de explicar desde otra perspectiva la significativa ingerencia que tienen los medios masivos de comunicación en la formación de la opinión pública.

Me imagino a una profesora de una escuela primaria en los Estados Unidos diciéndole a sus alumnos: “Aquí están nuestros mayores enemigos, los Árabes”, y señalando con el puntero (de madera o láser, no me puse a pensar tanto) la zona del planisferio conocida como Medio Oriente. “Esta gente nos odia, y son capaces de matarse por una causa: asesinarnos”. La escena es inventada, pero ¿cuán alejada de la realidad estará?
Trasladen esta hipotética deducción al campo de los medios de comunicación. Imaginen o, más rigurosamente, repasen los titulares de New York Times. Evalúen los dichos de los aliados del poder de USA en torno a la muerte del Talibán. “Alivio”, manifiestan muchos. “Se dio un paso importante contra el terrorismo”, aseguran otros. Sin embargo, desde la Casa Blanca se intensificaron las medidas de Alerta y de Seguridad Nacional. Un presidente argentino diría: “¿Qué te pasha, Obama; estásh nerviosho?
Volvamos con lo de la otredad: ¿Qué imagen creó Estados Unidos del pueblo Árabe? ¿Son los árabes realmente representados por el Terrorismo Árabe? El terrorismo tiene bandera, sí. La propia. Pero no tiene ni nacionalidad ni religión. ¿O acaso la gente por la calle le teme a los españoles por relacionarlos con la ETA? “Tené cuidado con ese gallego de mierda que seguro es un separatista vasco”. Yo eso jamás lo escuché. ¿Usted?

No, señores. Destierren de su racionalidad esa relación equivocada que iguala a los árabes con el terror y con la muerte. El Islam es la religión del amor. Así se la conoce mundialmente. O por lo menos, se espera que así se la conozca. Eso dice el Corán. Pero desde el Norte se han encargado de que se la emparente con el dolor, con el fundamentalismo, con la bombas, con el terrorismo y con todo mal que deambule por el inconciente colectivo.
Lejos se está de justificar el accionar terrorista, reitero. Solo se quiere mostrar la cara de la verdad que desde el Imperio no se da a conocer, o se intenta desdibujar.

Ahora, la pregunta que surge es: ¿sólo EEUU crea la imagen del árabe a su conveniencia? La respuesta es, no. Si repasamos las declaraciones de Ismail Haniyea, el jefe de Gobierno de Hamas en la Franja de Gaza, podremos dar sustento a la negativa: “Lamentamos la muerte de un santo guerrero. Fue un mártir de la guerra santa musulmana”. ¡No, guerra musulmana, no! Terrorista, sí. El régimen fundamentalista se escuda bajo las banderas de las naciones árabes y se lleva a la rastra a todos sus fieles. Y el desinformado, que tiene la cabeza lavada, no distingue, y mete, como se dice, todo en una misma bolsa. Y todos resultan ser la misma mierda: musulmanes, árabes, Bin Laden, terroristas, fundamentalistas y quien tenga un poco de arena en los zapatos, por si acaso.
Se ruega que se abran los ojos. Estados Unidos utiliza una herramienta temible, como es la información masiva, como instrumento para legitimizar la violencia. Y por eso en el país del Norte y en los países aliados se celebró el asesinato. El crimen y la muerte se han naturalizado a tal punto que se festeja en las calles. Y pasa esto porque creen que se hizo justicia. Pero no olviden que son los que ocupan los cargos de poder los que elevan la voz, y lo hacen guiados por intereses de variadas índoles. El pueblo solo repite porque no tiene otra verdad más que la que le obligan a creer. O la que quiere creer.

viernes, 22 de abril de 2011

Pedir la mano

Por Fabricio Espíndola

Estimado Sergio Goycochea:
Ante todo pido disculpas por mi atrevimiento. Sé que no me conoce. Tampoco yo personalmente. Pero entienda usted que a través de éste medio -la carta- estoy intentando conseguir materializar grandes recuerdos.
Seguro que aun no entiende el por qué de estas líneas. Ni sabe de qué hablo. Ahí le cuento.

Soy una persona apasionada por el deporte y, si bien el fútbol es mi preferido, disfruto de todos ellos y hay imágenes que tengo grabadas en mi mente, pequeños detalles en los que me detengo y disfruto. Estos detalles superan el mismísimo contexto del acontecimiento.
Es por eso que hace ya dos años comencé con estas cartas. Para así poder armar mi pequeño museo. Pero no quiero un museo como todos. A ver si me explico. No busco camisetas. No quiero fotos ni posters. No pretendo guardar imágenes de partidos memorables o jugadas fantásticas. Salvo que estas imágenes expliquen lo que sí pretendo coleccionar y a los que llamo Pequeñas acciones para grandes momentos
Explicado esto. El motivo de mi carta es un pedido. Raro, pero no tanto. En realidad, no se bien como hacerlo. Sólo espero que no lo tome a mal. No es que quisiera que usted ya no este, ni tampoco crea que soy un loco que intentará hacerle algo para conseguir lo que busco. Para nada. Solo pido su aprobación, por escrito, para cuando usted pase a mejor vida. Al fin y al cabo, a todos nos tocará.
Así como a usted, son varios los deportistas a los que les escribí para hacerles un pedido especial. Para poder guardar en mi museo esas Pequeñas acciones para grandes momentos que quedaron grabados en mi mente.
Y no importa la talla del personaje. Sino la importancia de la fuerza que tiene mi recuerdo frente a ese momento.
Así le escribí a estrellas mundiales. Como Michael Jordan, al que le pedí su aprobación para que, cuando se encuentre con San Pedro, me deje su lengua. Por aquel último tiro frente a Utha Jazz en la final del ´98. Encare hacia el aro, freno, finta, salto, extensión del brazo, balón a la red y claro, lengua afuera de la boca. Esa es La Acción, el Gran Momento.

Pero también a jugadores más terrenales como el Chelo Delgado, al que le rogué el tercer, el cuarto y el quinto dedo de su pie derecho por un gol a River que dejo de estatua a Comizzo. O la rodilla de Palermo, por aquel Muletazo.
Le reclamé a Roger Federer su muñeca, la que le dio el tiro vencedor ante Sampras en Wimbledon 2001 para que comenzara a ser leyenda. Y demás esta aclarar que ya demandé la pierna zurda de Diego. Me pareció demasiado pedir su cuerpo completo.

Así, estas y varias cartas más fueron enviadas a distintos deportistas. Y aunque no tuve respuestas, no desespero. Respeto sus tiempos.

Volviendo a lo nuestro o, más bien a lo mío, imagino que a esta altura ya sabrá por donde viene el tema, o el pedido.
Sí Goyco. Lo que quiero pedirle es la mano. Por favor, tu mano derecha. Esa que aquel 3 de julio de 1990, tercer penal de la serie frente a Donadoni, se estiró hasta que la pelota diera en ella. Para alegría nuestra y tristeza Tana.
Espero me entiendas. Y otra vez, no piense que estoy loco. Pero me gustaría guardar ese momento en mi museo.
Te pido la mano, solo eso. Bueno, y si todavía los conservas, que sea con el guante.

jueves, 21 de abril de 2011

Plabra prohibida


Y finalmente habló. El día llegó. La cobertura mediática fue masiva y completa. Hablo mucho. Largo y tendido. Habló Mario Vargas Llosa. Desarrolló su obra, El Sueño del Celta, esa que le valió el Premio Nobel de Literatura 2010, y fue cauteloso con sus dichos.
Hubo mucha expectativa en torno a su participación en la Feria del Libro. Se habló de veto, de prohibición de testimonio, de censura. Y él, al respecto, solo soltó un frase tan contundente como cotrovertida: "Agradezco a la señora presidenta Cristina Fernández de Kirchner que haya impedido el intento de veto a mi presencia en este evento".
Atención: lo que se tejió en torno al escritor peruano no fue un veto ni una censura. Fue un debate, un foro si se quiere.
La participación de este hombre, un hombre que defiende intereses y políticas que estan muy lejos de corresponderse con la idiología gobernante en Argentina y en gran parte de América Latina; un hombre que considera que el país debe retornar al camino de la década de los noventa, que dejó al país en una crisis de la que comenzó a salir hace apenas 8 años; un hombre que dijo que la asunción de los Kirchner al gobierno representa un retroceso ideológico e intelectual; en una expresión cultural como es esta feria no es acertada. Pero jamás se le incinuó la censura.
Un país que tiene un rumbo marcado y definido, no puede contradecirse dándole entidad a un representante y defensor de las políticas que lo destruyeron. Pero como acá no hay censura, habló. Y dijo lo que quiso.

viernes, 15 de abril de 2011

Al pueblo lo que es del pueblo


"No hay proceso de transformación posible, en ninguna parte del mundo, sin la participación de las universidades". La frase pesa y mucho. La repite el Senador Nacional por el Frente Para la Victoria Daniel Filmus. Y se aclara que la repite porque es él mismo quien reconoce que está parafraseando a otro.

En el hall central de la nueva sede de la Facultada de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires se inauguró anoche la Cátedra Libre Néstor Kirchner. La iniciativa del Movimiento Universitario Nacional y Popular (MUNAP) de dictar estos seminarios apunta a revisar de manera crítica la política y las sociedades americanas haciendo principal hincapié en los conflictos y los acuerdos entre los diferentes grupos y facciones, partidos y corporaciones, en torno a la planificación e implementación de políticas públicas desde las instituciones del Estado.

Horacio González, director de la Biblioteca Nacional; Jorge Aliaga, decano de la Facultad de Ciencias Exactas; Sergio Calett, de Sociales; Hugo Trinchero, de Filosofía y Letras; y la Diputada Nacional por el Frente Grande-Frente Para la Victoria Adriana Puiggros, acompañaron a Filmus en la oratoria del primero de los siete seminarios que se dictarán a lo largo del primer cuatrimestre del año.

La idea de la frase de Filmus no es más que la idea que el ex presidente Kirchner tenía de la educación pública universitaria como herramienta de transformación social. Es por eso que la cátedra lleva su nombre. "Es un homenaje", repite el Senador. "Néstor supo entender el papel cultural que tienen la Universidad y la educación pública en la vida social. Y lo hizo mirando hacia adentro, porque el quería formar profesionales, muchos y de buena calidad, para construir acá, en la Argentina", recuerda quien fuera ministro de Educación durante el mandato de Kirchner entre 2003 y 2007.

Filmus también subrayó qué alcance quería darle el ex presidente a la Universidad pública: "Él pensó una universidad para todos, no solo para los universitarios. Argentina es uno de los pocos países del mundo que tiene universidad sin aranceles y esto permite que tengan acceso a ella todos los ciudadanos". Y concluyó: "Néstor buscaba las mejoras en las condiciones de vida, a través de la Universidad, de todo el pueblo".

Programa de Seminarios:

Clase 1; miércoles 20 de abril: América, sus denominaciones en el tiempo y el sentido de las mismas. Los pueblos originarios. América y el Proceso de Colonización. América del Norte, el Caribe y Sudamérica en la etapa Colonial. El problema de la Conquista y la Colonización. El impacto de América en la economía global. La crucial importancia de Espa?a y Portugal en el estudio de los procesos políticos americanos.

Clase 2; miércoles 27 de abril: La Independencia. ¿Quisieron los pueblos americanos ser independientes al inicio de sus revoluciones? La Revolución Norteamericana. La invasión Napoleónica y el Juntismo espa?ol y su impacto en América. La construcción del Estado en América. Orden y Guerra Civil. Una comparación entre regiones. Variables cables.

Clase 3; miércoles 4 de mayo: La construcción del Estado. Federalistas y antifederalistas. Liberales y conservadores. El modelo de Estado Norteamericano: la Conquista del Oeste, el Imperialismo y la Guerra Civil. Orden y Progreso en América: algunos ejemplos, México, Brasil, Paraguay, Chile y Argentina. Similitudes y diferencias. El papel de Estados Unidos y de Gran Breta?a: mitos y realidades.

Clase 4; miércoles 11 de mayo: La crisis del Estado liberal, características. El populismo como problema analítico y como categoría política. Las revoluciones populistas: el New Deal, el Cardenismo, el Varguismo y el Peronismo. Similitudes y diferencias. Hacia una tipología del populismo americano.

Clase 5, miércoles 18 de mayo: El antipopulismo. La Guerra Fría, La Revolución Cubana y la Doctrina de Seguridad Nacional. Populismo e izquierdas; acuerdos y conflictos. El neoliberalismo y la reestructuración de los Estados Nacionales en el continente. El papel de Estados Unidos. Un balance crítico.

Clase 6, miercoles 1° de junio: La Democracia y las sociedades americanas. en los 80 y los 90. Los procesos de integración. El neoliberalismo y el neopopulismo. Cambios políticos y socio culturales. Deuda externa, privatizaciones y Consenso de Washington. La crisis del modelo Neoliberal y el fracaso del ALCA. Las experiencias nacionales y populares: Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela. Medios de Comunicación y las Nuevas Derechas. La UNASUR; desafíos y realizaciones. Conclusión final.

miércoles, 13 de abril de 2011

Memorias de Lector: La historia que despertó bajo el árbol


Ya habían pasado algunos minutos de las doce de la noche. Era Navidad. El brindis y la escapada a la cancha de fútbol del predio donde estábamos festejando la Noche Buena para tirar bombas de estruendo y cañitas voladoras, fueron la excusa perfecta para que mi madrina llenara el árbol de regalos sin que vieran los más chiquitos. Al pie del adornado y colorido arbolito descansaban los paquetes brillantes que en su mayoría presentaban carteles rotulados con los nombres de mis seis sobrinos.

El 2009 se iba, y las esperanzas de tener un mejor 2010, como todos los finales de año, renacían. Entre la alegría de los chicos con sus nuevos regalos, veo como mi hermana se acerca hacia mí con una copa en la mano derecha y un paquete rojo y negro en la izquierda: “Un periodista deportivo no puede no leer esto. Feliz Navidad”, dijo Verónica y acercó su copa casi llena a la mía, casi vacía. “Gracias, Feliz Navidad. Salud”, contesté, la abracé y rompí el envoltorio, entusiasmado.

Para ser sincero, nunca fui amante ferviente de la lectura. Ex estudiante de la carrera de odontología, pasaba largas horas memorizando nombres difíciles y hacía apenas diez meses que había virado el destino de mi vida y de mi vocación. Algo nuevo nació dentro mío cuando abrí ese paquete rojo y negro. Junto con el libro que contenía, emergió una marea de inquietudes y de curiosidades. Un germen dormido se había despertado.

Parados sobre el paraavalanchas de la tribuna que lleva el nombre del León Natalio Pescia estaban amuchados los líderes de La Doce. Me miraban desafiantes, impunes, intocables. Seguramente resguardados por el ala protectora de funcionarios políticos que ocupan cargos en los clubes de fútbol de nuestro país.

Tanta corrupción en torno a un fenómeno social como es el fútbol, me fue llevando por caminos paralelos que en algunos puntos se cruzaban. De a poco fui internándome en la historia, en la política, en la sociedad, en la cultura. Y la sorpresa era cada vez mayor.


La relación de diferentes intereses, de toda índole ellos, con el poder y la ambición que estos persiguen, se transformó en uno de los nichos que decidí explorar. Años y años remontados hacia el pasado me enseñaron de donde venimos los argentinos, de que somos hijos, por qué somos como somos y por qué actuamos como actuamos. Lo que no me pudieron decir los libros fue hacia dónde vamos. Eso es lo que tenemos que construir día a día: nuestro destino.

Fueron esas inquietudes nacientes las que me depositaron en este nuevo camino. En el camino de la lectura y en el de formar mi propio porvenir. El hecho de abrir un libro se transformó, para mí, en el acto de ingresar a él. Me sentía protagonista de la historia que me atrapaba. Los sentimientos fluían al ritmo de las vueltas de páginas: sonrisas, lágrimas, carcajadas, escalofríos… Un poquito de todo, como decía mi abuelo Pepe cuando le preguntaban que pensaba comer ante una mesa que mostraba variedad y abundancia.

Lejanos en el tiempo habían quedado aquellos días enteros en la selva, en la que los yacarés en guerra tenían tiempo para mofarse de las graciosas medias de los flamencos y de un loro que, poco a poco, se desplumaba.

Era el turno de la historia de mi patria. Y me vi Obligado a dar Vueltas a orillas del Paraná, cuando no todo era color de Rosas. Junto a los sectores más populares de la nación luché para defender la soberanía nacional ante la arremetida de los franceses y de los ingleses, atraídos a estas tierras por intereses económicos y políticos.

Fui contemporáneo de los infames que, allá por 1930 y hasta 1943, esgrimieron el fraude, la represión, la proscripción y la corrupción como arma de poder.

Tuve la suerte de tener un presidente que se fijó en nosotros, los trabajadores. Porque a mediados del siglo XX me volví uno de ellos. Y vi como esas manos cuarteadas de tanto laburar resistían el dolor para aplaudir al líder que los guiaba.

Me hice el muerto abrazado a Julio Troxler en los basurales de José León Suárez y juntos nos salvamos del tiro de gracia. Huimos de esa. Pero no pude rescatarlo de la ráfaga de disparos que le propinó la Triple A casi 20 años después, en 1974, en Barracas.

Casi me matan las balas que se cruzaban las diferentes fracciones del peronismo: “‘Viva Perón’, gritaban algunos mientras gatillaban sus armas. ‘Viva Perón’, respondían otros devolviendo los disparos”. Fui testigo de ese terrible momento de la historia argentina y al igual que los Setentistas milité y peleé para que el régimen castrense no se apoderada de la situación. Pero no lo logramos. Y fui un desaparecido más. Podía ver desde adentro del libro como mi pieza estaba vacía. Yo ya no estaba.

Se me paralizó el corazón cuando tomé conciencia de que al cantar junto a la multitud tras el triunfo en el Monumental sobre la Naranja Mecánica, en 1978, “Videla, Videla, dejate de joder, si el lunes se trabaja vos sos un holandés”, estaba siendo funcional a un proceso de vaciamiento político, económico, social y cultural.

Aplaudí el retorno a la democracia y comencé a luchar para que no se olvide lo que había ocurrido. Eso no podía pasar nunca más.

Me enteré que no solo en mi país se arremetió contra la vida y la libertad. Entendí que toda America Latina sangra por sus venas y asumí el compromiso de contribuir a que la historia actual cicatrice esas heridas. En uno de estos tantos viajes, un yorugua simpático me dijo: “Pibe, en la historia de los hombres cada acto de destrucción, encuentra su respuesta, tarde o temprano en un acto de creación”.

Y aquí estoy. Dispuesto a construir, a crear. Pero ahora, y gracias a Verónica, nunca más sólo. Ahora, con un libro bajo el brazo.

sábado, 5 de marzo de 2011

Héroes colectivos


Las comparaciones, dicen, son odiosas. Pero a veces resultan inevitables, justas, perfectas. Algunas persiguen el objetivo de poner blanco sobre negro y contrastar, y en otras ocasiones buscan similitudes. La familiarización de Néstor Kirchner con El Eternauta corresponde al segundo tipo. No exista, quizá, mejor manera de emparentar al ex presidente con algún personaje.

En 1957 el escritor argentino Héctor Osterheld le dio vida a Juan Salvo, un hombre que vivía con su esposa y su hija, que se juntaba a jugar al truco con sus amigos en su casa, y que de un día para otro se transformó en el elegido para combatir una invasión que amenazaba con arrasar con todo lo que tuviera vida en la Tierra. Era la invasión de los Ellos, seres de una inteligencia superior que dirigían sobre el planeta una mortífera nevada fosforescente que mataba todo lo que tocaba.

En 2003 Néstor Kirchner, un simpático militante peronista de los ’70, hincha de Racing y algo desalineado les devolvió la esperanza a los argentinos que estaban sumidos en una profunda desolación causada por una seguidilla de malas, nefastas y aberrantes gestiones previas que calaron en lo más profundo de sus corazones dejándolos heridos de muerte.

No era una invasión extraterrestre como la de la historieta del desaparecido Osterheld, sino que los Ellos eran los propios dirigentes nacionales que con las armas y uniformes militares o con banderas neoliberales, y lejos de desear salvar a la sociedad, barrieron del suelo argentino miles de vidas y sumieron en la pobreza y en la indigencia a millones de compatriotas que quedaron desamparados y marginados de la discusión social.

Son también, los Ellos, los líderes de la oposición actual que, según opinó alguna vez Elsa Osterheld (viuda del escritor), se emparentan más con la nevada implacable del la historieta que con un grupo político buscando gobernar para el pueblo.

Dos héroes separados por casi 50 años de historia. Una historia que debe conocerse para evitar reincidencias, y para caer en la comparación una vez más y poder ver que gracias a los héroes como Néstor Kirchner la esperanza se mantiene viva.

Es cuestión de sumarse, comprometerse y confiar en que juntos, todo es posible. Porque si bien los héroes son ellos, Néstor y el Eternauta, Osterheld enseñó que El único héroe valido, es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo”.

martes, 1 de marzo de 2011

"Cristina Eterna": Como Clarín transformó el deseo en realidad


La distorsión, distracción, manipulación y tergiversación a la que se encuentran sometidas las noticias argentinas día a día ya no tienen límites. Una vez más, Clarín, TN, Canal 13, Radio Mitre, La Nación, y demás firmas correspondientes al Grupo monopólico intentaron burlarse de los lectores, oyentes y televidentes.
Interlocutores como Santo Biasatti, Joaquín Morales Solá, Magdalena Ruíz Guinazú y políticos como Gabriela Michetti, Pino Solanas y Francisco De Narváez desdibujaron una noticia y la acomodaron a placer a los ojos de la gente.

No es en vano la reiterada advertencia a la que se recurre cuando se sostiene que Clarín miente. En esta ocasión, el "Gran diario argentino" transformó un deseo en una realidad inventada que desde el grupo, se piensa, creyeron provechosa.

El deseo lo esbozó la diputada por el Frente para la Victoria Diana Conti. La mentira, otra vez, la tejió Clarín.

Ayer, en una radio de la provincia de Santa Fe, la diputada kirchnerista añoró: "Me encantaría una Cristina eterna. Para eso sería necesaria una reforma constitucional. Pero éstas no son más que elucubraciones que uno hace y que expresan nuestro deseo".

Clarísimo, ¿no? A la diputada le encantaría la idea, pero aclara que es sólo una reflexión.

¿Qué hizo Clarín? Observe...

"Los ultra K ya hablan de “Cristina eterna” y reelección indefinida. La diputada Diana Conti admitió ayer públicamente la idea que circulaba entre algunos funcionarios, de plantear una reforma constitucional de cara a la elección de 2015. En el propio oficialismo hubo quienes tomaron distancia del tema".

Según su conveniencia, el grupo decidió arbitrariamente omitir la aclaración de la diputada en la que dejaba en claro que esto era un deseo y no una propuesta avanzada.

A afinar el ojo, argentinos. No se crean todo lo que leen y escuchan. Abran el abanico, y por una vez, sólo una, pregúntense:

¿Por qué insistirán tanto con que Clarín miente? ¿Será cierto?

Acá, un respuesta. Los invitamos a seguir comprobándolo día a día.

martes, 11 de enero de 2011

Que no te metan el perro

¿Acaso gran parte de los argentinos cree que quienes los leen, escuchan y/o ven son idiotas?



Es que resulta ineludible esta pregunta cuando se lee en los matutinos que los hermanos Juliá y el señor Miret no sabían que transportaban 944 kilos de cocaína en el Challenger 604 de Medical Jet. Como lo tituló Página 12 en su editorial: "Una tonelada de cocaína como polizón".

También cuesta creer como Eduardo Duhalde, el malo, el candidato a presidente, se anima a vociferar y pedir que "no insistan más, yo no soy de derecha, soy simplemente peronista. Venimos a cumplir el sueño de Perón y Eva Perón", cuando su actos, presentes y pasados, y hasta a veces sus palabras distan de sus propias palabras.




Molesta también como la Mesa de Enlace hace la vista gorda al serio problema de la trata de personas en torno al trabajo esclavo en Buenos Aires de los trabajadores santiagueños.



Enerva al más pacífico ver como las campañas del Pro se jactan de estar haciendo Buenos Aires y lo que está al alcance de muchos porteños es una realidad muy diferente, sin luz, sin agua, inundaciones, calles y veredas destruidas, edificaciones que se derrumban...



¿Hasta cuándo muchos de los argentinos seguirán creyéndose el título del clarinete rojo?