sábado, 29 de mayo de 2010

Tu vicio...

La siguiente es una nota publicada el pasado 14 de marzo por el diario La Nueva Provincia, de Bahía Blanca. En ella, el autor pretende concienciar a la población de las consecuencias mortales del mal hábito de fumar.

Espero les llegue...

Café, llovizna... y cigarrillos


La mañana es perfecta. Hay aire fresco y llovizna sin molestar. Paso por la avenida Alem y veo un café que tiene mesas en la vereda, recubiertas con un toldo. Se puede fumar, leer el diario, tomar un café y disfrutar de la lluvia sin mojarse. Me anoto. Veo a otros que encienden cigarrillos. Pero enseguida y aún sabiendo que está permitido aparecen caras feas. La culpa me invade un poco y estoy a medio camino de disfrutar el que me prendí y de tirarlo. Hasta que me decido, lo termino. Viene el café. Lo disfruto mientras leo. Los que fuman no se hacen cargo de los que huelen con cara fea. Siguen hablando, siguen leyendo, siguen tomando café, siguen fumando. La culpa hacia los demás ya se me fue. Dejé de molestarlos con el humo. Me empieza a agarrar otra culpa. Se me cruzan mis hijos, mi pareja, mis afectos. Pero él me hace otro gol. Prendo el segundo en 40 minutos. Leo un poquito más. Ya casi no escucho a los que están a medio metro. Sigo recordando a mis hijos, a mi pareja, a mis afectos. Veo el paquete de cigarrillos y lo quiero tirar. La mañana que me había gustado tanto, ya no me gusta, ya no la disfruto. Ya me molesta la lluvia, el café me parece horrible y a la lectura ni le presto atención. Voy al baño y leo: "20 minutos después de dejar de fumar, tu presión sanguínea disminuye... A las 24 horas, tus probabilidades de un ataque al corazón ya ha disminuido... Después de 3 meses, mejora tu fertilidad..." Le pago al chico que me atendió y dejo el paquete con tres cigarrillos y la propina en la mesa. Ya está. Fueron los últimos. Camino dos cuadras. Y paro en el quiosco.