jueves, 18 de noviembre de 2010

No sólo prometió, también cumplió

A tres semanas de la muerte de Néstor Kirchner, y con la herida aún abierta por la dolorosa pérdida del hombre que viró la dirección del timón de la Argentina hacia un rumbo más justo para todos los compatriotas, las muestras de agradecimiento y el reconocimiento que su llegada y permanencia en el poder merecen siguen ocupando páginas, con formato de homenaje, en los diferentes medios gráficos. En su edición de noviembre, la revista Caras y Caretas dedica casi la totalidad de su contenido a recordar al ex presidente.

A continuación, el discurso que marcó un antes y un después en la historia argentina. Fue el 25 de mayo de 2003 cuando, con esas palabras, el santacruceño abrió y señaló el camino que tomaron, y hoy en día siguen, millones de argentinos. Hizo promesas y, a diferencia de sus antecesores, cumplió a su palabra.


"Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias. Me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a los que no pienso dejar en la puerta de la Casa Rosada. No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo. Soñé toda mi vida que este, nuestro pías, se podía cambiar para bien. Legamos sin rencores pero con memoria. Memoria no sólo de los errores y horrores del otro. Sino que también es memoria sobre nuestras propias equivocaciones. Memoria sin rencor que es aprendizaje político, balance histórico y desafío actual de gestión. Con la ayuda de Dios seguramente se podrá iniciar un nuevo tiempo, que nos encuentre codo a codo en la lucha por lograr el progreso y la inclusión social, poniéndole una bisagra a la historia. Con mis verdades relativas, en las que creo profundamente, pero que sé, se deben integrar con las de ustedes para producir frutos genuinos, espero la ayuda de vuestro aporte. No he pedido ni solicitaré cheques en blanco. Vengo, en cambio, a proponerles un sueño. Reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación. Vengo a proponerles un sueño, el de volver a tener una Argentina con todos y para todos. Les vengo a proponer que recordemos los sueños de nuestros patriotas fundadores y de nuestros abuelos inmigrantes y pioneros. De nuestra generación, que puso todo y dejó todo, pensando en un país de iguales. Porque yo sé y estoy convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos. Vengo a proponerles un sueño, quiero una Argentina unida. Quiero una Argentina normal. Quiero que seamos un país serio. Pero además quiero también un país más justo. Anhelo que por este camino se levante a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación. La nuestra".