Todavía no se escrutó el 50% de las mesas (van 44.8%) pero la bronca y la decepción escalan al 100%. Es que la elección para Jefe de Gobierno porteño, ahora con el 48.7% del conteo de votos, refleja una distancia entre el actual alcalde, Mauricio Macri, y el aspirante a desbancarlo, Daniel Filmus, se cree imposible de descontar. Son casi 18 puntos porcentuales.
Si se analiza en torno a la elección de 2007 para el mismo distrito, se evidencia una mejoría: en aquella oportunidad Macri derrotó a Filmus por casi 22 puntos, tanto en primera como en segunda vuelta. Van el 56.7% de las mesas escrutadas. La ventaja es del 18.1%.
Si se lo evalúa desde la otra perspectiva, el resultado es (o por lo menos, sería) el mismo: el ex presidente de Boca será nuevamente el intendente de la Ciudad por cuatro años más. Resulta muy difícil pensar en una remontada tan considerable analizando los dichos de los referentes de las demás “fuerzas” políticas contendientes, y conociendo ya la volatilidad del sufragio porteño. 60% escrutado; 18 puntos de ventaja para el PRO.
La tristeza y la decepción tienen un fundamento. No estoy decepcionado de Filmus y su equipo. No estoy triste, sólo por la derrota en las urnas. Hay algo que me aterra más, que me espanta más. ¿Cuál es el criterio de voto del porteño? De eso estoy decepcionado. De ellos: del más del 46% de los ciudadanos de la capital que votaron a este nefasto personaje.
Vale mencionar solo tres ítems:
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8 de cada diez porteños no sabían que se votaban referentes comunales. ¿A quién corresponde dar a conocer esta histórica innovación electoral? 64.3; 18.
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Mauricio Macri está procesado, casi todos lo saben. ¿Por qué lo votan, entonces?
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La Capital Federal, el distrito que más dinero mueve en todo el país, incrementó el número de mortalidad infantil, cuando Tucumán, la provincia más afectada por este triste índice en las últimas décadas, lo disminuyó. ¿Por qué la gente no sabe esto? Y si lo sabe, ¿por qué lo vota al responsable de esta realidad? 71.5; 17.9.
Los medios de comunicación, una vez más, fueron determinantes. Desinformando, ocultando, tergiversando.
No voy a esperar a que se escrute el 100% de las mesas. La tendencia ya es estable. Y la ventaja es mucha. Difícil de descontar.
Me invade una gran tristeza. Porque creí que el gran crecimiento que está teniendo la Nación se desplegaría también en la Ciudad. Pero no fue así. Parece que el 46% de los porteños no quiere el progreso.
Con mucho dolor… ¡¡¡Hasta la Victoria, Siempre!!!