- Está muy bueno el blog.
- Muchas gracias.
- Pero estoy enojado con vos.
- ¿¡Por qué!?
- Porque no escribiste absolutamente nada del mejor recital de los últimos tiempos en el país.
- Tenés razón, no escribí nada.
- Bueno, ¿lo vas a escribir?
- No, escribilo vos.
Una charla de amigos que comenzó como un elogio y se transformó, en pocos segundos, en una crítica-reclamo. La propuesta fue aceptada, y el recital del 13 de noviembre pasado que brindó el Indio Solari en Tandil tiene su lugar en Algo que decir.
Por Facundo Fernández
Llegamos a Tandil y nos encontramos con una multitud, la misma que comparte este sentimiento conmigo. La misa había comenzado. Las bandas de fanáticos llegaban de todas partes del país y hacían esquina en cualquier lugar donde hubiera un poquito de sombra para eludir al calor agobiante. El sol pegaba fuerte, pero nada importaba ya. Estábamos ahí, esperando por escuchar ese susurro tan especial siempre a nuestro favor. Porque nuestra piel no nos deja huir, mi genio amor.
La gente entraba en masa al Hipódromo de la ciudad de la Piedra Movediza, lugar elegido por el Indio para dar su único concierto en este 2010. La ansiedad brotaba por los poros de ese colchón de seguidores que parecía perderse en el horizonte.
Y la espera terminó. Las luces se apagaron y comenzaron a sonar los primeros acordes de un potente tema de Manal, banda fundacional del rock argentino. Según el propio Indio el primer disco de esta banda fue un blues que aquí no se volvió a reproducir. La pieza elegida fue Jugo de tomate frío, versionado de manera brillante y enganchada con una pieza inédita de la etapa ricotera: un tal Brigitte Bardot que hizo vibrar a la multitud.
Así dio comienzo a su show. El más convocante de su historia, en el cual nos dejo a todos llenos de música y emoción con un conmovedor repaso de su era redonda y sus de sus materiales como solista.
Se acercaba el final y el Indio decía: “Hagamos el pogo más grande del universo”. Y así fue. El pogo más grande del universo, conformado por más de ochenta mil personas, saltando al ritmo de ese temible Ji ji ji.
Terminó el concierto y las pantallas gigantes ya emocionaban a los fans cuando anunciaban la próxima escala: Salta. El nombre del nuevo material ya estaba en la mente de todos: El perfume de la tempestad, que se presentara en la provincia norteña el 26 de marzo de 2011.
No puedo pasar por alto remarcar la excelencia del show, algo increíble, nunca visto. Cargado de emoción y sentimientos. Llenos por completo, nos llevamos lo que vinimos a buscar a cientos de kilómetros de distancia: ser conmovidos. Porque como dijo una vez un pelado:
“Si yo puedo hacer cosas con vos, cosas que me conmuevan, difícilmente haya un precio mayor, sobre todo si yo estoy en esta vida para ser conmovido”.