miércoles, 17 de marzo de 2010

A cara de perro: se acerca Boca - River


Se avecina un nuevo Superclásico. Y con él, nuevas esperanzas para ambos contendientes. Los dos más grandes del fútbol argentino llegan diezmados por diferentes causas al partido más importante del año.
Los de la Ribera necesitan los tres puntos para engrosar la cosecha de este pobre Clausura 2010. Con tan solo una victoria en 9 fechas, no queda otra que ganar para revertir la pálida imagen mostrada ante Tigre el domingo pasado.
Los de Núñez, que tomaron un poco de aire fresco el último fin de semana tras superar a Huracán en el estadio Monumental, continúan dolidos por la ya confirmadísima baja de su máximo ídolo: Ariel Ortega.
Mucho se habla de clásico devaluado. Si se mira la tabla de posiciones, si, está devaluado. River marcha décimo con 12 puntos y Boca, decimoséptimo y con 8 unidades, esta tan solo tres unidades por encima de los tucumanos que marchan vigésimos. Pero si se observa que las dos hinchadas seguramente agotaran sus entradas para estar ahí, en la tribuna, que habrá centenares de enviados de medios locales y quizás internacionales y que los efectivos policiales para impartir seguridad serán 970, el Súper cotiza igual que siempre.
En Boca habrá cambios. El equipo titular es una verdadera incógnita. En River volverá a ser titular uno de sus máximo referentes, Matías Almeyda y el otro, Marcelo Gallardo anuncia que podría se su último derby.

Martín Palermo y Román Riquelme serán de la partida en el equipo de Abel Alves quien habría intentado prescindir de los enemistados ídolos xeneizes para este match pero la dirigencia lo “habría hecho entender” que deben jugar.

Ambos se juegan mucho. Ambos necesitan la victoria o en su defecto, no perder. “El clásico no se juega, se gana”, dicen quines estuvieron alguna vez dentro de uno de los 22 pares de botines que entran a la cancha. Ya están todos con la mente en este partido, el más trascendente. El que dejara victoriosos a unos o perdedores a otros. Quizás la paridad reine y termine empatado.
Pero los amantes del futbol sólo queremos una cosa: un gran espectáculo y sin violencia en las tribunas.
Dé la orden, Coneja. Que ruede el fútbol…