lunes, 24 de octubre de 2011

La Plaza del pueblo

Desde el 25 de marzo de 2008 al 23 de octubre de 2011 pasaron nada más que tres años, seis meses y 29 días. “Nada más” porque en comparación con la duración de los diferentes procesos históricos de la Argentina, resulta poco tiempo. Si aún se levanta el nombre de José de San Marín pretendiendo continuar con el camino que él empezó y que por muchos años no se siguió, hacer referencia a casi 4 años parece realmente insignificante.

Sin embargo, el período comprendido entre estas dos fechas marca dos puntos completamente opuestos, con una realidad (la que algunos sectores pretendieron y pretenden imponer) muy antagónica y que encuentran a la persona implicada en una situación mucho más cómoda y segura. Mientras que en la primera vez se necesitó de una organización rápida para “hacerle el aguante” y evitar un golpe fuerte en las mandíbulas del Gobierno, en la segunda ocasión bastó con twettear, mandar un mensaje de texto o cambiar el estado en Facebook: “Todos a la Plaza”. Porque la Plaza es nuestra. La bancada ayer y hoy, Cristina; la banca, la del pueblo.

Esa Plaza que a principios de 2008 se vio atestada por unos cinco mil opositores oportunistas que hacían causa común con los intereses del campo (no el campo laburador, sino el que corresponde a la oligarquía y al establishment), ayer rezumó alegría, lágrimas, cantos, bailes, recuerdos de los más lindos, mucha juventud y ganas de continuar avanzando, antes de la aparición de la presidenta re-electa, durante su discurso, y después de este.

Estallaron en algarabía y felicidad cuando se la escuchó por los parlantes que traían lo que anunciaba en el bunker del Frente para la Victoria: “Quiero ir a la Plaza a saludar un poquito porque hay mucha gente”.

Y llegó pasada la hora 23 cuando una multitud la esperaba con ansias. “Cuanta alegría que tienen. No saben cuanto me gusta verlos agitar las banderas”, empezó la presidenta mientras el pueblo le devolvía el cariño con los cánticos característicos de la Juventud Peronista.

“Hace dos años en esta misma plaza estábamos tan enfrentados y desunidos los argentinos”, aseguró la presidenta recordando el conflicto con las patronales del campo que más arriba se menciona y que de no se por la voluntad popular podría haber significado un jaque al Gobierno.

No existe nada más genuino que la movilización espontánea de un pueblo. Y esa sola actitud de afecto y reconocimiento es motivo de agradecimiento para ella: “Quiero darles las gracias a esta multitud de jóvenes argentinos que ha vuelto a recuperar la plaza de mayo”.

También se acordó de sus épocas de militancia en los años ’70 junto a Néstor Kirchner y las comparó con la que experimenta la juventud de estos días: “Los veo en un momento histórico superador de aquellos momentos cuando él y yo militábamos. Esta plaza que ha sido plaza de alegrías, también fue de desencuentros y enfrentamientos”.

Muy emocionada y disfónica remarcó los valores que deben primar en una sociedad para la construcción de una Argentina cada día más justa e identificó estos rasgos en la juventud presente en la Plaza: “Quiero celebrar que esta juventud después de 8 años de gobierno, viene a levantar las banderas con alegría y no con odio, con amor a la patria”.

Y para despedirse de su Plaza y de su gente, esa maravillosa juventud y no tanto que volvió a la manifestación política para quedarse, cerró: “Un país no lo construyen solo los dirigentes, lo construye su pueblo también. Los quiero mucho a todos”.

El pueblo, Néstor y Cristina lo están haciendo.


miércoles, 12 de octubre de 2011

DEL PERONISMO AL KIRCHNERISMO

La historia de una continuidad

No hace mucho he oído por ahí: “Esto no es peronismo, es kirchnerismo puro. Se preocupan por llenarse los bolsillos con nuestra plata, se enriquecen ilícitamente, no ven más allá de Calafate, y le venden al pueblo que tienen una idea de patria justa amparándose en el estandarte peronista. Peronismo fue el de Perón y a ese modelo tenemos que aspirar los argentinos. Pero claro, acá pegás un par de gritos con la cara de Perón y Evita de fondo, y te vota medio país”.
Recuerdo el marco en que esas palabras fueron esbozadas. Iba caminando por Avenida Córdoba a la altura de la intersección con Leandro N. Alem, en la Capital Federal, y dos jóvenes de no más de 25 años discutían de política, en lo que fue, pese a la connotación de las inexpertas pero verborrágicas palabras, una imagen digna de imitar: la juventud en la discusión.
Empiezo estas líneas un 5 de octubre de 2011. Veintidós días exactamente faltan para que se cumpla el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el hombre que le devolvió a la “gloriosa juventud” las ganas de inmiscuirse en la discusión política, restaurando así el carácter de herramienta de construcción social años atrás perdido.
Muchas hipótesis difamatorias se han elucubrado entorno al ex presidente y a su mujer, Cristina Fernández, y desde diferentes ángulos y perspectivas, con los medios hegemónicos de comunicación como vanguardistas, se buscó atacar a la gestión oficial, y a todo lo relacionado con ello, con una solapada, al principio, y evidente, después, animosidad desestabilizadora. Los intereses económicos, en primera línea de prioridad.
Vale esta pequeña reseña para plantearles aquí, mi interés en poner sobre la mesa de discusión una serie de situaciones, con el sólo y suficiente objetivo de comparar, desde las similitudes, al kirchnerismo que nos gobierna en estos días con el peronismo de antaño del cual surge, teniendo en cuenta las ineludibles diferencias producto de los años transcurridos e intentar explicar de esta forma la estrecha relación que hermana a estos dos movimientos políticos populares.
Fue ese mismo 5 de octubre cuando terminé de leer el libro La comunidad organizada, de Juan Domingo Perón. Debo reconocer que no necesité finalizar la lectura del texto para recordar en mi mente a aquellos dos muchachos peronistas de los que les conté en el primer párrafo. Sus caras no las recuerdo en absoluto, pero el contenido de sus frases calaron tan hondo en mí que dejaron una cuenta pendiente que solo será saldada si algún día, por algunas de esas coincidencias de la vida, y por sólo reconocimiento de voz, escuche discutir nuevamente en algún lugar del mundo a esos dos jóvenes.

La idea de Proyecto Nacional

La tapa del libro deja ver un subtítulo: “Proyecto Nacional”. Cualquier similitud con el tantas veces mencionado, por el actual gobierno y sus seguidores, “Proyecto Nacional y Popular”, no es mera coincidencia. Hay una correspondencia, una continuidad y una emulación moderna de lo que Perón perseguía como objetivo principal: la creación de un Modelo Argentino, que tuviera sus bases en el seno de su propia sociedad y que planteara una ideología de gobierno autónoma y genuina a la que el mismo Perón denominó como Tercera Posición: el justicialismo.
Las conclusiones a las que llegaron aquellos jóvenes acerca de los supuestos fines del lucro del kirchnerismo en detrimento de pueblo argentino, lentamente fueron perdiendo el poco sustento con el que contaban, conforme yo avanzaba en la lectura del texto. Términos, construcciones y nociones tales como planificación; justicia social; soberanía política; libertad económica; democracia; patria (utilizados estos dos últimos términos con la importancia de su contenido en el proceso político); participación en conjunto de los diferentes sectores del ámbito nacional (trabajadores, empresas, intelectuales, industrias, el campo) en todo tipo de emprendimiento con el fin de generar políticas con un amplio alcance para el bien de todos los argentinos; y sobre todo, liberación; aparecen en reiteradas oportunidades en las 226 páginas que contiene el libro.
¿No son todos estos conceptos, acaso los más esgrimidos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y por todo su arco político hoy en día?, desearía preguntarles a aquellos dos hombres.
A continuación, los invito a recorrer un camino de similitudes entre las políticas implementadas a mediados del siglo XX por Juan Perón, que luego de ser cercenadas por los gobiernos de facto y llevadas al olvido por los neoliberales, fueron rescatadas y reutilizadas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández con el propósito de construir una Argentina para todos los argentinos.

El rol de los trabajadores

Quizá sea a nivel de los trabajadores donde se evidencian las principales semejanzas entre el Proyecto Nacional del peronismo y el Proyecto Nacional y Popular del kirchnerismo. La reivindicación de este sector forma parte de la esencia de ambos movimientos.
“Los trabajadores constituyen uno de los pilares del proceso de cambio”, explicaba Perón en su obra en referencia a la necesaria transformación a la que debería someterse el pueblo argentino para conseguir, entre otras cosas, la liberación. Y agregaba: “En el momento en que teníamos que rescatar a la sociedad argentina de una concepción liberal, los trabajadores configuraron la columna vertebral del proceso”.
Además, Perón proclamaba que “los trabajadores” tenían “que organizarse para que su participación trascienda largamente de la discusión de salarios y condiciones de trabajo”. A su vez enumeraba los derechos, surgidos en la reforma constitucional de 1949, “a trabajar, a una retribución justa, a la capacitación, a condiciones dignas de trabajo, a la preservación de la salud, al bien estar, a la seguridad social, a la protección de su familia, al mejoramiento económico y a la defensa de los intereses profesionales”, entre otros.
En la actualidad, la reapertura de las paritarias tras diez años del congelamiento impuesto por el neoliberalismo de los noventa, la incorporación al sistema laboral de más de cinco millones de argentinos y el blanqueo que alcanza un 80% del total de los trabajadores, entre otras medidas, son la prueba cabal de que la semilla que Perón sembró, está dando sus frutos.
No por nada el 28 de octubre de 2010, al día siguiente del fallecimiento de Kirchner, el titular de la CGT, Hugo Moyano, se refirió al ex presidente como el hombre que le devolvió la dignidad a los trabajadores, y no le tembló la voz al asegurar que “fue lo mejor que tuvimos después de Juan y Eva Perón”.

Liberación ayer, libertad hoy

El pasado 29 de septiembre la mandataria inauguró la central de energía nuclear Atucha II y dejó un claro mensaje: “Mi compromiso no es sólo ser de una generación que pague deudas, sino de una generación que vuelva a poner en marcha esa maquinaria formidable y maravillosa que es nuestra Nación, que cuenta con el mejor combustible que tenemos: el pueblo argentino y su fuerza. Tenemos que ponernos de pie los argentinos para seguir asegurando que nadie la pueda detener, que siga su marcha por más crecimiento, más democracia, más justicia, más libertad y patria para todos.”
Fuerza del pueblo, crecimiento, democracia, justicia, libertad y patria. Acaso los mismo términos que proclamaba Perón hace casi 40 años atrás en el ensayo ya mencionado: “Hay que levantar ahora, además, y con gran vigor, el poder del espíritu y la idea, teniendo en cuenta que el bien estar material no debe aniquilar los básicos principios que hacen del hombre un ser libre, realizado en sociedad, y valorizado en su plena dignidad”.

Memoria Verdad y Justicia

Otro de los rasgos característicos del actual gobierno es la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico-militar. Desde los diferentes sectores opositores se toma a esta iniciativa, que pretende terminar con la impunidad, como demagógica o superficial.
Decía Perón: “Puede discutirse mucho acerca de si existe o no determinismo histórico. Pero yo tengo, al menos, la certeza de que existe una constante en el hecho de que el hombre tiene sed de verdad y justicia y de que cualquier solución de futuro no podrá apartarse del camino que la satisfaga”.
Teniendo en cuenta lo que el general decía, ¿no es lo que hoy tenemos, acaso, peronismo? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en las condenas a los más de 200 represores de aquel proceso.

La importancia de la planificación

José De Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), para Página 12, el 5/10/2011, en referencia a la presentación del Plan Industrial 2020 que proyecta un crecimiento en esta rama de un 7% anual y la inclusión de un millón y medio de trabajadores al sistema laboral: “Si los industriales no pudimos demostrar toda nuestra capacidad, fue por falta de visión de largo plazo”, remarcó revalorizando el papel que vuelve a tener la planificación.
Decía Perón: “En lo que concierne a la actividad industrial estatal, la planificación será estricta y la coordinación de los esfuerzos, máxima”.
De Mendiguren, ¿se estará refiriendo acaso a la misma planificación que el general Perón tenía en mente tanto para el desarrollo industrial como para el resto de las iniciativas encaradas en pos del crecimiento?

La palabra “Patria” y la mención a los próceres

“Es mi deseo que nadie bastardeé la palabra “Patria” convirtiéndola en un rótulo vacío. Nuestros heroicos próceres no necesitaron desgastarla para comprender que alude a esa profunda mística que, recíprocamente, habita en el corazón de cada uno de los hombres”. De esta forma cerró Perón su trabajo.
Durante un acto en Tecnópolis, el pasado 17 de agosto, Cristina Kirchner recordó al padre de la patria, y a otros grandes próceres argentinos: "Yo estoy muy feliz, y estoy segura que el general José de San Martín, como tantos patriotas, como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Guemes, tantísimos otros que dieron su vida por la patria, hoy estarían muy orgullosos de ver este país por el cual lucharon".
“Seamos libres, que lo demás no importa nada”, exclamó el libertador antes de cruzar Los Andes, y les pidió a su caballería que luchara por la liberación “para que nuestros nietos puedan vivir en una tierra de paz”. Perón y los Kirchner, en diferentes períodos, reivindicaron esa lucha.

La unión latinoamericana

En palabras de Perón: “La comunidad latinoamericana debe retomar la creación de su propia historia, tal como lo vislumbró la clarividencia de nuestros libertadores, en lugar de conducirse por la historia que quieren crearle los mercaderes internos y externos. El año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Nuestra respuesta contra la política de dividir para reinar debe ser la de construir la política de unirnos para liberarnos”.
Hoy, la idea de Perón tiene nombre: Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), un organismo intergubernamental cuyo principal objetivo es la integración, en todos los ámbitos, de los diferentes países de la región haciendo honor también a la concepción de Patria Grande acuñada por José de San Martín y Simón Bolívar.
Uno de sus principales impulsores y mediador ante los diferentes conflictos, fue Néstor Kirchner quien fuera su secretario general hasta el día de su muerte.

Ciencia y tecnología

Para Perón, otro de los pilares fundamentales para el desarrollo, el crecimiento y la liberación era la planificación y ejecución de un plan científico-tecnológico. Decía el ex presidente: “La indispensable organización en este ámbito debe contar con un ente con máximo nivel de decisión, tal vez un Ministerio de Ciencia y Tecnología como central de conducción del sistema, y así como una total unidad de inteligencia y de control nacional, que oriente y regule la oferta y la demanda de conocimientos científico-tecnológicos con cabal especificidad, y sirva como fuente de información especializada”.
Fue una de las primeras medidas de gobierno de Cristina Fernández, la creación de un área dedicada exclusivamente para ese fin: “Por primera vez en la historia, Argentina cuenta con un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Creado en diciembre de 2007 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es el único en Latinoamérica que contempla a la Innovación Productiva asociada a la Ciencia y la Tecnología. Su misión es orientar la ciencia, la tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo modelo productivo que genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la economía Argentina, bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo”, reza en la portada del sitio oficial del la cartera. Otro sueño de Perón hecho realidad.

A grandes rasgos

A quienes niegan la continuidad, en el presente, de un proyecto que fue iniciado a mediados del siglo XX, no tengo más que invitarlos a adentrarse en los textos que por aquel entonces escribieron los referentes del movimiento revolucionario a través de las ideas: el justicialismo. Es este otro concepto clave que inauguró Perón y que revalorizó Néstor Kirchner, primero y Cristina Fernández, después: el de la lucha mediante las ideas. El poder de la palabra en el marco de la política como herramienta de construcción social, y proclamada por un caudillo carismático con poder de liderazgo y con la adhesión de una masa, es la fuerza más potente con la que contamos los argentinos en busca de un modelo nacional que nos hermane a todos en la “búsqueda de la felicidad del pueblo y de la grandeza de la patria”, como quería Perón.
Estos puntos, y muchos más, están al alcance de nuestras manos: unos en libros históricos; otros en el día a día. Solo está en nosotros saber encontrarlos y verlos para analizarlos.
Llevo en mi bolso de mano, el ejemplar de La comunidad organizada que terminé de leer un 5 de octubre y que disparó estas líneas. Deseo algún día encontrarme por la vida con estos dos jóvenes que discutían con tanta convicción. Para cuando esto ocurra, tendré a mano el texto, para regalárselos y pedirles que por favor lo lean si aun no lo hicieron, pero también para agradecerles el solo hecho de haberme obligado, sin quererlo ellos, a reflexionar acerca del pasado que nos une, el presente que vivimos y el futuro que nos espera.

miércoles, 27 de julio de 2011

Campaña de desinformación

Se acerca la fecha de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Por primera vez en la historia, en la Argentina se desarrollará este tipo de voto que determinará quienes serán los candidatos para los comicios de octubre. Y pese a la cercanía con la fecha de la cita electoral, gran parte del padrón no sabe realmente qué y cómo debe votar. Algo más grave aún es el oportunismo de rapiña que se cristaliza, desde no se sabe bien dónde, para confundir aún más al electorado nacional.

A las pruebas me remito. Ayer recibí un correo electrónico que decía lo siguiente:

QUÉ SE VOTA EL 14 DE AGOSTO?

El domingo 14 de agosto los argentinos hemos de votar por primera vez en elecciones primarias, abiertas y obligatorias.

Qué es lo que se vota ese día?
Para aclarar las dudas, que son muchas, aquí va la información fundamental. Al entrar al cuarto oscuro los votantes se encontraran con las boletas
que se pueden ver a continuación, una por cada fórmula presidencial.


¿Hay que poner una sola boleta en el sobre?

NO

¿Entonces, qué se pone?


Se ponen las boletas de TODOS los candidatos que el votante desee que participen en los comicios de octubre.

Ésta NO ES UNA ELECCIÓN PRESIDENCIAL sino solamente UN FILTRO PARA DECIDIR QUIÉNES PARTICIPARAN EN OCTUBRE Y QUIENES NO.

Los partidos que no obtengan un porcentaje mínimo, ya establecido, no podrán participar en las elecciones.

¿Entonces…se pueden poner en el sobre todas las boletas que haya?


SI, SE PUEDEN PONER TODAS Ó SOLAMENTE AQUELLAS QUE EL VOTANTE REALMENTE DESEA QUE PARTICIPEN. Por ejemplo, si hay 7 boletas, se pueden poner las 7 ó se puede optar por 3 ó 4 y excluir las otras.

Es importante tener todo esto en cuenta ya que, por falta de información, la idea generalizada es que hay que poner 1 boleta en el sobre, lo cual sería lo mismo que elegir anticipadamente el candidato que luego votaremos en octubre.


POR FAVOR, DIFUNDIR ESTA INFORMACIÓN. NADIE SABE EXACTAMENTE QUÉ SE VOTA EL 14 DE AGOSTO.

Si leíste esto, andá borrándolo de tu memoria. Si votás así IMPUGNAS EL VOTO, justamente lo que se pretende con esta campaña de desinformación.

A continuación les dejo el linck de una página muy buena, Política Argentina, que explica de manera clara y breve, como se deberán desempeñar los votantes en el cuarto oscuro.

domingo, 10 de julio de 2011

A aguantarlo 4 años más...


Todavía no se escrutó el 50% de las mesas (van 44.8%) pero la bronca y la decepción escalan al 100%. Es que la elección para Jefe de Gobierno porteño, ahora con el 48.7% del conteo de votos, refleja una distancia entre el actual alcalde, Mauricio Macri, y el aspirante a desbancarlo, Daniel Filmus, se cree imposible de descontar. Son casi 18 puntos porcentuales.
Si se analiza en torno a la elección de 2007 para el mismo distrito, se evidencia una mejoría: en aquella oportunidad Macri derrotó a Filmus por casi 22 puntos, tanto en primera como en segunda vuelta. Van el 56.7% de las mesas escrutadas. La ventaja es del 18.1%.
Si se lo evalúa desde la otra perspectiva, el resultado es (o por lo menos, sería) el mismo: el ex presidente de Boca será nuevamente el intendente de la Ciudad por cuatro años más. Resulta muy difícil pensar en una remontada tan considerable analizando los dichos de los referentes de las demás “fuerzas” políticas contendientes, y conociendo ya la volatilidad del sufragio porteño. 60% escrutado; 18 puntos de ventaja para el PRO.
La tristeza y la decepción tienen un fundamento. No estoy decepcionado de Filmus y su equipo. No estoy triste, sólo por la derrota en las urnas. Hay algo que me aterra más, que me espanta más. ¿Cuál es el criterio de voto del porteño? De eso estoy decepcionado. De ellos: del más del 46% de los ciudadanos de la capital que votaron a este nefasto personaje.
Vale mencionar solo tres ítems:
- 8 de cada diez porteños no sabían que se votaban referentes comunales. ¿A quién corresponde dar a conocer esta histórica innovación electoral? 64.3; 18.
- Mauricio Macri está procesado, casi todos lo saben. ¿Por qué lo votan, entonces?
- La Capital Federal, el distrito que más dinero mueve en todo el país, incrementó el número de mortalidad infantil, cuando Tucumán, la provincia más afectada por este triste índice en las últimas décadas, lo disminuyó. ¿Por qué la gente no sabe esto? Y si lo sabe, ¿por qué lo vota al responsable de esta realidad? 71.5; 17.9.

Los medios de comunicación, una vez más, fueron determinantes. Desinformando, ocultando, tergiversando.

No voy a esperar a que se escrute el 100% de las mesas. La tendencia ya es estable. Y la ventaja es mucha. Difícil de descontar.

Me invade una gran tristeza. Porque creí que el gran crecimiento que está teniendo la Nación se desplegaría también en la Ciudad. Pero no fue así. Parece que el 46% de los porteños no quiere el progreso.

Con mucho dolor… ¡¡¡Hasta la Victoria, Siempre!!!

sábado, 2 de julio de 2011

La gloria se alcanza de a once

La agarra Carlos Tévez, encara, intenta la finta, se la sacan, se frustra el ataque. La toma Ezequiel Lavezzi, encara, ensaya un amague, llega hasta el fondo, tira un centro muy exigido, se va a la tribuna. La pelota le cae a Lionel Messi, el astro, el mejor jugador del mundo, Pasa a uno, el segundo se la quita. Le vuelve a caer, intenta pasar entre dos, no pude superarlos. Se ilumina Éver Banega, intenta la gambeta, se despeina, se concentra en su pelo, la pierde.

Así no, Argentina. Así, no.

¿Hasta cuando vamos a seguir olfateando el pantalón corto de Messi? Entregarle el premio LG al mejor jugador del partido no es menos que una falta de respeto a la inteligencia del público argentino.

Bolivia es el equipo más débil del certamen y se supone que Argentina debe estar arriba tres o cuatro goles si se tiene en cuenta la calidad de jugadores y la comparación de los planteles.

Tengo mucha bronca. La nota es corta, pero el mensaje, directo: LA GLORIA SE ALCANZA DE A ONCE…

lunes, 27 de junio de 2011

"Volveremos"

Lo que están a punto de leer es un trabajo para la facultad. Una simple consigna académica que parte de una frase y que debía desarrollar libremente. No sabía que escribir, pero lo ocurrido ayer, me ayudó mucho. Espero que lo disfruten.



Por Esteban Schoj *



Ella fue a una fiesta. Se había preparado toda la semana para ese evento. Estaba nerviosa y asustada, pero esperanzada. Sabía que todo iba a salir bien. Mas tarde, tan sólo dos horas después, si no hubiera sido por él, hoy ella no estaría recuperándose.

Se despertó temprano sin necesidad de oír la rutinaria alarma. Esos nervios y ese susto que no la habían dejado descansar, hicieron su trabajo. Hizo todo lo que levantarse implica y a la una de la tarde escuchó el grito de su padre: “¡Vamos hija!”

Abrió su marrón placard, luego el segundo cajón y tomó entre sus manos el amuleto. Lo estrujó, lo miró como quien mira a un hijo, con amor, lo beso apasionadamente y mientras cerraba los ojos lo aprisionó contra su pecho durante pocos pero intensos segundos.

Papá llamaba una vez más y así ella despertó de ese sueño pasional que vivía junto a su objeto más preciado. Lo enrolló en su mano derecha y emprendió el camino al encuentro con su padre que, también ansioso, empezaba a perder la paciencia.

El camino a bordo del, recién lavado, Gol gris estuvo lleno de recuerdos de viejas proezas. Esas que su padre había presenciado y que ella ya sabía de memoria de tanto escuchárselas. “El día de la pelota naranja”, era el caballito de batalla para invocar a los grandes héroes del pasado que tanta falta harían hoy. La fe estaba intacta. Faltaba lo peor.

Todo parecía que saldría de maravillas: a los cinco minutos de empezada la fiesta, el envión que dio ese grito de los más de 50.000 invitados a la cita anunciaba un final feliz. Todo se desvaneció poco a poco. Las caras de los presentes se transformaron, se desfiguraron. Lágrimas e insultos empezaban a esbozarse. Ella, una peregrina más que sufría, no disimulaba su llanto y no soltaba el amuleto.

Final. Está hecho. Lo imposible ocurrió: “Nos fuimos”, repetía y repetía sin poder entenderlo. Papá la abrazaba tratando de disimular su propia angustia. Quería transmitirle fortaleza.

Eligen irse despacio a casa. La fiesta que no fue, había terminado. Pero para otros, no. Aquellos pocos que decidieron quedarse pasarían a ser su peor pesadilla. Los más de dos mil policías invitados al evento intentaban, sin armas de fuego, detener el aluvión de violentos que destrozaron el lugar y que seguramente sin desearlo, pero con mucha impotencia e impunidad, la tendieron a ella en el piso de un piedrazo en la cabeza.

Papá esta desesperado. Llora sin consuelo. Sus manos están llenas de sangre, la sangre de su hija desvanecida que no para de emanar por entre su cobrizo cabello. La toma en sus brazos, la levanta como puede y huye del lugar, pero no mucho, dobla en la primera esquina y se resguarda detrás de una camioneta que aún no había sido víctima del vandalismo. Ella parece inconsciente. Su mano izquierda está flácida. La derecha, sostiene con fuerza el amuleto.

“Ayúdenme por favor, ayúdenme”, grita el padre hundido en desconsuelo. El frío polar ya ni se siente. Nada importa, ni el agua que los efectivos policiales arrojaron que los llegó a mojar un poco cuando ambos caminaban. Un joven se acerca. Rara solidaridad en un momento de miedo y adrenalina. La mira a ella, lo mira al padre. Le toma el pulso y lo vuelve a mirar a él, ya algo preocupado. De repente le pide al padre algo para apoyar la cabeza ensangrentada de su hija. No tiene nada. El joven, que se empieza a recibir de paramédico, descubre el amuleto. Ella no reacciona hasta que siente el tirón. “No”, alcanza a balbucear. “Tranquila”, dicen casi al unísono, el padre y el joven, que empieza a poner en práctica sus útiles conocimientos en primeros auxilios. Estruja el amuleto y lo convierte en una improvisada almohada. Ella lo sigue con la mirada hacia arriba hasta que lo pierde del campo visual. Cae en shock. El muchacho saca un pañuelo blanco de su bolsillo y le pide al padre que lo presione contra la herida. El amuleto y el pañuelo, ahora ensangrentado, se confunden: son iguales ahora.

Pese a ese momento de lucidez en el que sintió que le robaban la vida, ella permanece inconsciente. No tiene pulso. El ayudante voluntario le desnuda el torso y comienza con los ejercicios de reanimación y la respiración boca a boca.

Papá llora. El joven se agita cada vez más. Ella tose. Papá vuelve a vivir. “Volviste, hijita”, dice emocionado. Ella, le contesta. Pero antes busca debajo de su nuca y toma el amuleto. Lo mira, está algo manchado con su sangre. Los despliega, y entre lágrimas mira a su padre y a su salvador, y con convicción les asegura: “Vamos a volver”.



* Bostero de corazón, por si acaso se hiere alguna susceptibilidad.

domingo, 26 de junio de 2011

La grandeza de River ante todo...


Paradojas del destino. Aquella instauración de los promedios que en 1983 favoreció a River, hoy le jugó una mala pasada al equipo millonario. Un equipo que estaba clasificado para la Copa Sudamericana de este año, pagó, pese a la mala administración de la era Passarella que no supo ni pudo revertir la historia, las pésimas dos presidencias de José María Aguilar. Un pasado que condenó el presente, y así, el futuro.

River, un grande, uno de los más grandes de América y del mundo, descendió de categoría y afrontará, de esta forma, no solo la deshonra que, lamentablemente, adjudica el descenso por culpa de la dramatización deportiva de estos días, sino también las increíbles pérdidas económicas que lo colocan al borde de la quiebra institucional.

Un llamado a la cordura que fue, paradójicamente, la otra voz de los medios que contribuyeron a la dramatización exitista. Por eso, desde estas líneas, se critica el accionar violento, pero se intenta dar un mensaje al hincha de River:

“Usted, hincha de River Plate, cuna de grandes figuras y hazañas deportivas, tiene que estar orgulloso de ser simpatizante de esta institución. Muchos quisieran que sus equipos tuvieran ese palmarés plagado de pergaminos que no hacen más que enaltecer su rica historia. Este descenso, este presente, no manchará el exitoso pasado, pero si lo harán los hechos de violencia que puedan generarse. Llore, nadie se lo niega, porque este momento debe ser una gran tristeza, desazón e impotencia. Pero que no transgreda los límites de lo estrictamente deportivo. River Plate, usted es grande, sea acorde a su historia y piense en acompañar a su equipo. Ojalá que la próxima temporada, lo catapulte a lo más grande del fútbol argentino, a la Primera División, ese lugar que le pertence y que tanto lo extrañará, esperemos que por solo un año”.